Volvió Sergio "Maravilla" Martínez (52-3-2, 29KO) y lo hizo con una victoria contundente, nocaut técnico en el séptimo round; como se suponía de antemano al observar el récord de José Miguel Fandiño (15-7-0, 8KO), quien tuvo en ascuas hasta la mañana de ayer al boxeador argentino organizador de su regreso a los cuadriláteros porque estaba muy excedido y debió bajar casi 4 kilogramos para dar los 73,500 en los que se había estipulado la pelea.
El escenario que la empresa "MaravillaBox" eligió para montar el espectáculo es el estadio El Malecón de Torrelavega, al que pudieron asistir un millar de personas guardando las distancias del aislamiento social obligatorio.
Por su larga inactividad y sus 45 años, cumplió. Para aspirar a más deberá mejorar muchisimo.
Por su larga inactividad, seis años, y sus decena de año superior a Fandiño, el triunfo de Martínez adquiere cierta trascendencia, pero por lo visto durante los seis asaltos y fracción tendrá que mejorar muchísimo si pretende obtener una chance mundialista.
Desde el vamos Martínez manejó la pelea con el jab derecho. Trabajó a voluntad. Un poco porque la diferencia técnica con su adversario era enorme y otro porque el español Fandiño le tuvo un respeto enorme. La confianza le permitió a Martínez darse el lujo de bajar las manos y dominar con tranquilidad los espacios y tiempos de pelea.
Ganó como y cuando quiso. Y lo hizo con ganchos al cuerpo que no son su especialidad.
Al final dijo que volvía para ser campeón mundial y allí está el interrogante. No es el mismo, por edad y capacidades físicas. Sus piernas perdieron velocidad de traslación y contra rivales de mayor fuste limitarán sus prestaciones. En ellas apoyó siempre su boxeo vistoso y efectivo. Ayer se exhibió, pero necesitará mucho más para compromisos mayores.