INFERNAL. El cemento del Bicentenario hervía y los hinchas de Peñarol y Camioneros demostraron el amor por su equipo.

 

43 grados a la sombra, ni hablar del potenciador que es el cemento. Estar en cualquiera de las tribunas del Bicentenario no era para cualquiera y ayer, desafiando hasta la misma humanidad, los hinchas de Peñarol y de Camioneros fueron más hinchas que nunca. Los Bohemios le pusieron gran marco a la tribuna Norte mientras que los gremiales llegaron en 50 colectivos para copar la Popular Sur. Sin agresiones, sin violencia, las dos hinchadas se dedicaron a loo suyo: el aliento. No aflojaron nunca y la decisión de los bomberos de la Policía de San Juan de refrescarlos cuando promediaba el primer tiempo fue tal vez la gran bendición de la tarde infernal de este sábado. Después, todo fue alentar. Los locales, algo más urgidos sabiendo que la obligación era ganar. Los visitantes, más cómodos, sabiendo que el miércoles en su predio, otra puede ser la historia. Pero hubo fiesta pese al tórrido clima que los convirtió en los héroes de la tarde.

 

 

EL CAPITAN

Brizuela dio sus razones

 

IMPOTENCIA. Peñarol lo buscó y no pudo.

 

Frontal, serio. Sin vueltas, el capitán de Peñarol, Alejandro Brizuela, hizo su análisis del empate: “Queríamos ganarlo pero creo que no fue el partido que esperábamos hacer. Entramos en el juego que nos propuso Camioneros, con muchos pelotazos y terminamos siendo inofensivos. Ahora, en la vuelta ellos tendrán la obligación y puede que aparezcan los espacios para nosotros que tendremos que aprovecharlos al máximo”