Matías Cáceres (29 años, músico) no soportó ver las fotos de su pareja tendida en una cama de hospital, con vendas, inconsciente, asistida con respiración mecánica cuando fue internada en terapia intensiva. Lloró por un instante y mantuvo la mirada baja en la audiencia en la que la fiscal Daniela Pringles y el ayudante fiscal Francisco Nicolía (UFI CAVIG) ampliaron con detalles los hechos que lo tienen preso desde el 23 de marzo pasado, sospechado de intentar matar a esa joven prendiéndole fuego. Quemaduras leves y profundas afectaron a esa joven de 32 años, madre de un nene de 6, con la que había convivido los últimos 6 meses de una relación que se prolongó durante 2 años. Cuando todo pasó, alrededor de las 3,30 de aquel día, en el departamento de la abuela de la joven en el barrio Teniente Silva, Rawson, el propio Cáceres trasladó en moto a la joven hasta el hospital. Y allí, según Fiscalía, intentó sembrar la teoría de que el hecho fue accidental e involucró a la propia víctima cuando intentaba matar garrapatas.
Pero ayer, ante la jueza Verónica Chicón, Fiscalía echó por tierra esa suposición. Aportó el relato detallado de la víctima, señalando los violentos episodios que sufrió, como aquel "patadón en el pecho" que la obligó a buscar atención médica en el hospital Rawson el 29 de enero pasado. O el expediente de un juez de Familia ordenando protección a otra expareja de Cáceres, por el violento comportamiento del sospechoso.
Y el más grave y reciente, la discusión de aquel 23 de marzo tras una frustrada salida a cenar, en la que ella lo golpeó y él le dijo que no daba para más y que se iba. La desesperada reacción de ella, rogándole que no se fuera, tendiéndose boca abajo a llorar en un colchón, hasta que le escuchó decir: "Te debería quemar", para luego arrojarle alcohol en la cabeza y la espalda, prendiéndole fuego. "Por qué me hiciste esto", fue el doloroso clamor que escuchó más de un vecino aquella madrugada, cuando ella salió a la calle a pedir ayuda.
Fiscalía también aportó la pericia de Bomberos sobre el origen intencional del fuego en la ropa de la víctima, quemada en rostro, cuello, espalda, glúteos, piernas y ambos antebrazos .Y un perfil psicológico de ambos, mostrándolo a él como un sujeto violento, posesivo y celoso, y a ella como alguien dependiente emocionalmente, que optó por perdonar, no denunciar cada atropello y hasta sentirse culpable por esa situación.
Homicidio doblemente agravado, por el vínculo y violencia de género, es el delito atribuido a Cáceres, que ayer tampoco dio su versión. Su defensor, Jorge Videla, dijo que esperará conocer todas las pruebas antes de formular su teoría del caso.