Miles de personas marcharon en varias ciudades de España para repudiar el asesinato de las dos niñas de la isla de Tenerife y reclamar la detención del filicida.
Tomás Gimeno, el 27 de abril llamó por la noche a Beatriz, su expareja, y le advirtió que no volvería a ver más a las hijas de ambos, Anna y Olivia, de 1 y 6 años, ni a él.
El jueves, por la tarde, un robot submarino del barco oceanográfico Angeles Alvariño, tras 45 días de búsqueda de las dos niñas y su padre, sacó del fondo del océano, en las aguas de Tenerife, el cadáver de Olivia, la mayor de las dos niñas desaparecidas hace un mes y medio.
Las movilizaciones ocurrieron en Madrid, Barcelona, Pamplona, Toledo, Granada, la isla de Tenerife y la localidad sevillana de Martín de la Jara.
En Tenerife la marcha fue convocada por el Foro contra la Violencia de Género y la Plataforma Feminista 8M.
Los movilizados portaban pancartas con proclamas contra el "patriarcado" y la "violencia machista". En esa línea, Ana Hernández, portavoz de la Plataforma 8M, dijo a la prensa española que el asesinato de las nenas "no es un hecho aislado”, sino una muestra de la "violencia más terrorífica”.
Por otra parte, el buque Angeles Alvariño del Instituto Español de Oceanografía (IEO), que realiza la búsqueda en el mar de la pequeña Anna, de 1 año, y de su padre, regresó al puerto de Tenerife por una avería en el equipamiento.