Un día después de que el Gobierno anunciara que iba a comenzar a intervenir con reservas del Banco Central en el mercado financiero del dólar, entre otras "herramientas", el blue tuvo ayer su mayor caída en nueve meses: cerró a $474 luego de rozar el récord de $500 el día anterior. A las iniciativas para llevar calma a los mercados, el ministro de Economía, Sergio Massa, sumó ayer una convocatoria a empresarios, CGT y otros representantes de los trabajadores, para acordar un "sendero de estabilidad" para los próximos 90 días en materia de precios y salarios. Además, adelantó que la Argentina dejará de pagar importaciones de China en dólares y pasará a hacerlo en yuanes, aprovechando la activación del swap de monedas con ese país -ver nota vinculada-.

En una reunión con la CGT y movimientos sociales, el ministro de Economía confirmó que llamará a empresarios y sindicalistas "para dar certidumbre" a los precios y salarios. "Es clave que el Estado haga valer su rol de regulador de las relaciones sociales", afirmó.

La CGT y los movimientos sociales oficialistas rodearon a Sergio Massa para darle su respaldo en medio del complejo cuadro económico de la Argentina y se llevaron una noticia: el ministro les anunció que, una vez estabilizada la economía, convocará a empresarios y sindicalistas a alcanzar un acuerdo de precios para "dar certidumbre" durante los próximos 90 días.

"Hasta el viernes, Massa se concentrará en estabilizar y desde el sábado, empresarios, sindicalistas y movimientos sociales estarán en una mesa para darle forma al ordenamiento económico", revelaron fuentes del Ministerio de Economía. Massa les confirmó también que está encaminada la renegociación de la deuda con el FMI.

En cuanto a la evolución del dólar, si bien el blue llegó ayer a bajar hasta los $465 a lo largo del día, al final de la rueda cerró en $474, una caída de $21 (-4,4%). Aunque las intervenciones oficiales no impactan directamente sobre el mercado informal, el tipo de cambio paralelo suele converger en el tiempo con las cotizaciones financieras.

El cambio de estrategia incluyó que el Banco Central, que venía sumando dólares a sus reservas pese a la furia del blue, ayer salió a vender US$ 49 millones. Además, tal como lo advirtió Massa en la víspera -segundo martes negro consecutivo del mercado cambiario- continuaron los operativos en las cuevas porteñas para desactivar maniobras especulativas. También, Economía salió a vender bonos en dólares de la Anses para frenar el alza del precio de los dólares financieros activos que surgen de la compra-venta de bonos soberanos. Pero en este segmento, los resultados fueron dispares. Así, el dólar MEP apareció en las pantallas del mercado de capitales a $446,43, una caída de $1,07 frente al cierre previo (-0,2%). En cambio, el contado con liquidación (CCL) se negoció a $469,29, una suba diaria de $3,27 (+0,7%).

La corrida tuvo un fuerte impacto en las cotizaciones del CCL y MEP. El primero llegó a operar en los 481 pesos y el MEP en los 470. El Gobierno cuenta con el instrumento de los bonos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de Anses para operar y morigerar las subas pero fue superado por la demanda. De ahí que Massa jugó otra carta: intervenir en el CCL al pasar de dólares a pesos con la compraventa de bonos nominados en ambas monedas. Esta es una de las medidas de política financiera que estaban vetadas por el Fondo Monetario.

 

  • Argentina usará yuanes para cuidar reservas

El Ministro de Economía, Sergio Massa, anunció ayer que el país utilizará este mes yuanes por el equivalente a U$S 1.040 millones para importar bienes intermedios provenientes de China, como una forma de mantener el nivel de actividad, sin comprometer las reservas del Banco Central.

Massa hizo el anuncio ayer por la tarde en el Palacio de Hacienda en compañía del embajador de China en Argentina, Zou Xiaoli, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, funcionarios de la Aduana Nacional y empresarios.

El ministro destacó que Argentina "tiene un swap (intercambio de monedas) con China que no sólo sirve para fortalecer las reservas, sino también para fortalecer el intercambio bilateral".

"La mayor sequía de la historia, que nos dejó con U$S 15.000 millones menos para exportar, nos obligó a nosotros, y al Fondo Monetario Internacional, a redefinir el programa de importaciones y exportaciones", dijo.

En este sentido, "el Programa de Incremento Exportador, no sólo con la soja, sino también con las economías regionales, comienza a dar señales de buen funcionamiento, y también nos obliga a repensar nuestras importaciones", explicó.

Massa destacó que esta medida también "es la garantía de seguir produciendo con bienes intermedios procedentes de China, evitando la triangulación detectada, que de alguna manera se utilizaba para pagar más caro lo que importaba Argentina, de lo que (el intermediario) compraba más barato" en el país de origen de la manufactura.

La medida se enmarca en las inspecciones e intimaciones efectuadas por la Aduana a empresas que efectuaron importaciones de mercaderías de origen chino, pero refacturadas desde Uruguay y Europa.