El comúnmente llamado "alquiler de vientres" no tiene marco legal en Argentina y esto lleva a muchas parejas a viajar al exterior para poder lograr su sueño. Los dos casos más actuales son los de la modelo argentina Luciana Salazar o del conductor Marley que lo hicieron en Miami.
A pesar de la seriedad y rigurosidad, la problemática sigue despertando el debate ético. La justicia argentina falló a favor de una pareja homosexual que podrá tener hijos mediante la transferencia embrionaria en un vientre sustituto, cuyo tratamiento de fertilidad, curso del embarazo y nacimiento se realizará íntegramente en Río Negro.
Pero mientras la medicina avanza a pasos agigantados, la sociedad no camina a la misma velocidad. Y ahí es cuando se desata la polémica.
Florencia Inciarte, coordinadora del programa de útero subrogado de Halitus Instituto Médico, explicó que la subrogación de útero "se trata de una manifestación de voluntades donde una mujer lleva adelante un embarazo para otra persona o pareja. Se aplica como terapia para toda persona/s que deseen tener un hijo y que no tengan posibilidad de llevar adelante el embarazo, por ejemplo, un hombre, dos hombres, o en mujeres por ausencia del útero, por estar afectado o por riesgo de vida para llevar adelante un embarazo".
Hay un gran vacío legal sobre esta práctica que es cada vez más común y que sólo una persona o pareja con amplios recursos económicos puede alcanzar. El Anteproyecto de Reforma del Código Civil, contemplaba la maternidad subrogada. Pero por cuestiones políticas y religiosas fue descartado el artículo que indicaba claramente cuales debían ser los pasos legales para lograrla.