Un tribunal japonés dictó este lunes pena de muerte para el hombre que asesinó a 19 personas con discapacidad mental en 2016, una de las peores matanzas en la historia reciente de Japón.
Satoshi Uematsu, de 30 años, reconoció ser el autor de esta masacre con arma blanca en una clínica en Sagamihara, un suburbio al oeste de Tokio, donde había trabajado antes.
"Le quitó la vida a 19 personas. Es extremadamente grave lo que hizo", declaró el juez Kiyoshi Aonuma. "No cabe la clemencia", estimó.
Los abogados de Uematsu afirmaron durante el juicio que su cliente no era culpable porque sufría "trastornos mentales" en el momento de los asesinatos debido al consumo de estupefacientes.
Ese argumento no obtuvo respaldo. "Planeó su acto con anticipación y tenía una intención extrema de matar", dijo al respecto el juez.
La defensa
Juzgado por seis cargos, incluido el de asesinato, Uematsu había afirmado que no tenía la intención de apelar el veredicto, según la prensa japonesa. Pero también estimaba que no merecía la pena de muerte.
La matanza de Sagamihara conmocionó a Japón, donde la tasa de criminalidad es muy baja.
Uematsu horrorizó a la opinión pública al afirmar en entrevistas a medios locales que odia a las personas con discapacidades mentales.
"Tenía que hacerlo por el bien de la sociedad", declaró sobre la masacre, de la que incluso se siente orgulloso: "Lo hice lo mejor que pude", dijo en una entrevista con la agencia Jiji.
El 26 de julio de 2016 por la noche, el joven fue de habitación en habitación en el centro de Sagamihara para apuñalar a los residentes, con un saldo de 19 muertos y 26 heridos, la mitad de ellos graves. Después acudió a una comisaría con los cuchillos ensangrentados para confesar el crimen.
Antes de pasar al acto, Satoshi Uematsu ya había expresado odio por las personas que tienen discapacidad y amenazado con cometer una masacre.
Escribió una carta a la cámara baja del parlamento japonés en la que amenazaba con matar a cientos de personas. Citaba como objetivos la residencia de Sagamihara y otro centro especializado.
Había dejado su trabajo en el centro de Sagamihara meses antes del ataque. Fue ingresado en un hospital por la fuerza tras haber contado a sus compañeros que tenía la intención de cometer una matanza allí, pero fue dado de alta al cabo de 12 días porque un médico no lo consideró peligroso.
Durante el juicio, la madre de Miho, una de las víctimas que tenía 19 años en ese momento, afirmó que Satoshi Uematsu no merecía vivir.
"Te odio tanto. Me gustaría hacerte pedazos. Incluso la pena más alta es demasiado ligera para ti. Nunca te perdonaré", dijo al acusado durante una vista judicial, según la cadena de televisión pública NHK.
"Devuélveme a mi adorada hija … Todavía estás vivo. No es justo", agregó. "Pido la pena de muerte".
Fuente: TN