Después del terrible episodio que vivió en los últimos días, Maxi Giudici estuvo en LAM y brindó una entrevista exclusiva para contar cómo fue atravesar ese momento y los motivos que lo llevaron a pensar que terminar con su vida era una solución.

Este lunes, el cordobés explicó que no venía bien y que lo que más lo afectó fue enterarse de que su exnovia, Juliana Díaz, confirmaba la ruptura en redes sociales. “Ya lo veníamos charlando y quedamos en que íbamos a hablar para publicar la historia juntos, pero por una discusión anterior dejamos de hablar y ella decidió hacerlo sola”, relató.

“Ahí me fui a mi casa y compré alcohol. Me quería relajar y, como me sentía muy nervioso, me tomé una pastilla. Seguí tomando, pero me seguía sintiendo mal… Me empezaron a pasar un montón de cosas, frustraciones que traía desde hacía rato”, expresó.

Además, habló de las expectativas que tenía previo a ingresar al reality. “Solo quería llegar a vivir de algo que disfrutara hacer porque he pasado por todo. Mi sueño de toda la vida había sido tener un hostel en la playa y cuando logré concretarlo, a los dos meses empezó la pandemia”, comentó.

Tras remarcar que perdió todo lo invertido, señaló: “Para recuperarme, me animé a una aventura. Fui a Estados Unidos, estuve cuatro meses trabajando y de algo me sirvió. Pero en el medio de eso falleció mi papá y no podía venir porque estábamos con la pandemia”.

“Seguí trabajando hasta que tuve que volver a Córdoba por unos trámites y se volvió a cerrar todo. Entonces decidí quedarme y armé un hostel en la casa familiar con mi mamá hasta que apareció Gran Hermano y lo vi como una oportunidad”, aseguró.

Por otro lado, habló de lo que se vivió cuando salió de la casa de Gran Hermano y de la repercusión que tuvo el reality. “La angustia llegó cuando veía que pasaba el tiempo. (…) Al principio me desesperé pero después apareció la frustración al ver que a los demás les empezaban a salir cosas y a mí cuando me salían se caían”, se sinceró.

Al ver que las oportunidades no llegaban, Maxi analizó la posibilidad de regresar a Córdoba, pero esto lo angustiaba. “Quería ponerle pilas y actitud, pero no podía. Sentía como que tenía ganas de acostarme a dormir y no levantarme más”, recordó.

“Entonces fui directo a una psiquiatra y tampoco fue la solución porque llegué a ese punto. No sé por qué, a veces la cabeza te juega una mala pasada, pero había tocado fondo”, lamentó sobre el episodio del viernes.