Una lesión de la médula espinal (daño en alguna parte de la médula espinal o en los nervios del extremo del conducto vertebral, conocidos como "cola de caballo") a menudo causa cambios permanentes en la fortaleza, la sensibilidad y otras funciones corporales debajo del sitio de la lesión.
Según los expertos de la reconocida Mayo Clinic, de Estados Unidos, sostienen que quienes sufren una lesión de médula espinal, posiblemente sientan los efectos no sólo a nivel físico sino también a nivel mental, emocional y social.
Afortunadamente son muchos los avances científicos en esta área que en la actualidad se están investigando para el bienestar de las personas en este situación. Mientras tanto, los tratamientos y la rehabilitación les permiten a muchas personas que padecen lesiones de la médula espinal llevar una vida productiva e independiente.
Síntomas
La capacidad para controlar las extremidades después de una lesión de la médula espinal depende de dos factores: el lugar de la lesión a lo largo de la médula espinal y la gravedad de la lesión. La parte inferior de la médula espinal que se encuentra en estado normal se denomina “nivel neurológico de la lesión”. La gravedad de la lesión suele llamarse “integridad” y se clasifica de alguna de las siguientes formas:
• Completa. Si toda la sensación (función sensorial) y toda la capacidad para controlar el movimiento (función motora) se pierden por debajo de la lesión de la médula espinal, la lesión se denomina “completa”.
• Incompleta. Si se tiene cierta actividad motora o sensorial debajo de la zona afectada, la lesión se denomina “incompleta”.
Además, la parálisis causada por una lesión de la médula espinal puede denominarse:
• Tetraplejia. También denominada "cuadriplejia", esto significa que los brazos, las manos, el tronco, las piernas y los órganos pélvicos se encuentran todos afectados por tu lesión de la médula espinal.
• Paraplejia. Esta parálisis afecta la totalidad o parte del tronco, las piernas y los órganos pélvicos.
Las lesiones de médula espinal de cualquier tipo pueden provocar uno o más de los siguientes signos y síntomas:
• Pérdida de movimiento
• Pérdida o alteración de la sensibilidad, como la capacidad de sentir calor y frío, y el tacto
• Pérdida del control intestinal o de la vejiga
• Espasmos o reflejos exagerados
• Cambios en la función sexual, en la sensibilidad sexual y en la fertilidad
• Dolor o una sensación de ardor intenso causada por el daño en las fibras nerviosas de la médula espinal
• Dificultad para respirar, toser o eliminar las secreciones de los pulmones
El cerebro y el sistema nervioso central
El sistema nervioso central comprende el cerebro y la médula espinal. La médula espinal, compuesta de tejido blando y rodeada de huesos (vértebras), se extiende desde la base del cerebro hacia abajo y está compuesta de neuronas y grupos de nervios llamados "vías", las cuales llegan hasta diferentes partes del cuerpo. Las vías de la médula espinal transmiten mensajes entre el cerebro y el resto del cuerpo. Las vías motoras transmiten señales desde el cerebro para controlar el movimiento de los músculos. Las vías sensoriales transmiten señales, desde las partes del cuerpo hacia el cerebro, relacionadas con el calor, el frío, la presión, el dolor y la posición de las extremidades.
Sin importar si la causa es traumática o no, el daño afecta las fibras nerviosas que atraviesan la zona lesionada y puede afectar una parte o la totalidad de los músculos y nervios correspondientes debajo del lugar de la lesión.
Complicaciones
Al principio, los cambios en la manera en que funciona el cuerpo pueden ser abrumadores. Sin embargo, el equipo de rehabilitación ayuda a los pacientes a que desarrollen las herramientas que se necesitan para tratar los cambios que causó la lesión de la médula espinal. Algunas de las áreas afectadas son: control de la vejiga e intestino, sensaciones de la piel, control del aparato circulatorio, aparato respiratorio, tono muscular, y salud sexual.
Tratamiento
Lamentablemente, por el momento no hay manera de revertir el daño a la médula espinal. Pero, como ya se comentó en este artículo, los investigadores trabajan continuamente en tratamientos nuevos, que comprenden prótesis y medicamentos capaces de promover la regeneración de las neuronas o de mejorar la actividad de los nervios que no se dañaron después de una lesión de la médula espinal. Mientras tanto, el tratamiento de las lesiones de la médula espinal se centra en la prevención de más lesiones y en el fortalecimiento de las personas con lesión de la médula espinal para que puedan volver a tener a una vida activa y productiva. La rehabilitación es sumamente importante.
Asimismo, se usan medicamentos, inmovilización del cuerpo, cirugía y hasta tratamientos experimentales como dispositivos de estimulación electrónica. Los científicos intentan encontrar maneras de detener la muerte celular, controlar la inflamación y promover la regeneración de los nervios.
La familia y la contención psicológico suele ser también esencial en la recuperación y rehabilitación para atravesar el proceso de “duelo”, según explicaron los expertos.
Pronóstico y recuperación
Es probable que según el tipo de caso, el médico no pueda dar un pronóstico de inmediato. La recuperación suele comenzar de una semana a seis meses después de una lesión. Con frecuencia se observa que la recuperación es más rápida durante los primeros seis meses; sin embargo, algunas personas manifiestan pequeñas mejorías durante uno o dos años.