Las estadísticas muestran que un 25% de la población estudiantil puede tener problemas visuales no detectados a tiempo como miopía (ver mal de lejos), hipermetropía (problemas de enfoque), astigmatismo (ver desdibujado de lejos y cerca) o la ambliopía, comúnmente llamado "ojo vago, débil o perezoso". Es importante detectar estos defectos a tiempo ya que al no ser corregidos generan una estimulación visual deficiente durante el crítico período de desarrollo y plasticidad cerebral que ocurre durante los primeros 8 años de vida. Esta falta de estímulo resulta en un ojo que no desarrolla su visión normal durante la infancia. La ambliopía ocurre en el 2 por ciento de la población general y representa la causa más común de discapacidad visual en los niños. Existe tratamiento para la ambliopía si es diagnosticada a tiempo.

Por supuesto que la mejor forma de prevenir inconvenientes en los ojos de los niños es que los adultos nos mantengamos atentos a ciertos indicios típicos de posibles problemas visuales y, de detectar algo que nos llame la atención. Y de inmediato consultar con el médico oftalmólogo. Por ejemplo: si el niño se acerca demasiado a la televisión o a un texto al leer o escribir; si entrecierra los ojos para mirar o enfocar; si se sale de los espacios al colorear un dibujo; si tiene bajo rendimiento escolar; sufre de mareos, náuseas, dolor de cabeza o de los ojos; tiene cansancio visual; enrojecimiento; lectura lenta o déficit de atención. También hay que observar si parpadea o se frota los ojos en exceso; o si desvía alguno de los ojos. Muchas veces los chicos no se encuentran en condiciones de determinar con precisión si no ven bien y es responsabilidad de los padres o tutores llevarlos al control correspondiente.

Todos estos indicios, que pueden corregirse, evitan relacionar el bajo rendimiento escolar con problemas de aprendizaje, cuando en realidad pueden estar ligados a una patología de la vista. De hecho, 1 de cada 3 niños con dificultades en la escuela, tiene, en definitiva, que usar lentes para mejorar su visión. Y así, se mejora su desempeño escolar, según las estadísticas vistas en consultorio.

Para tener en cuenta: hay diferentes controles oftalmológicos recomendados en bebés y niños. El primero debe realizarse al nacer, luego al año y medio de vida, y desde los 3 años conviene realizar un control oftalmológico por año. Pero resulta fundamental realizar una visita al oftalmólogo cercano al inicio de clases para que el niño se acostumbre a los anteojos en caso que les fueran recetados. 

La visita al médico oftalmólogo, y obtener el correspondiente certificado, son requisito para el comienzo de sala de 4 y 5 años en el Nivel Inicial y en primer grado de la primaria y primer año del nivel secundario. Pero aunque no sea obligatorio, es altamente recomendable hacerlo todos los años al inicio de cada año escolar. Así evitamos problemas en la visión que puedan afectar directamente al niño en su proceso de aprendizaje e incluso en su vida social.

 

Por Dra. Betty G. Arteaga (Médica Oftalmóloga del Hospital Italiano de Buenos Aires) y Lic. Lorena Grojsman (Directora de Logros de la Comunicación)