“Hablé con Jorge Messi y con otros agentes. Me dijo lo que todos sabemos, que hay una fuerte decepción”. La frase del presidente Josep Bartomeu en la entrevista de urgencia que brindó tras el 8-2 para intentar cambiar la energía del club dice mucho más de lo que se puede leer a simple vista. El Barcelona, por primera vez, reconoce que hay una tensión interna con Lionel Messi, su capitán y símbolo.
El flamante entrenador Ronald Koeman fue en la misma línea y se abrió a los rumores de que una disconformidad podría sacar al rosarino del Blaugrana tras dos décadas en las estructuras de la institución. Deben actuar con velocidad para solucionar este bache y así será: en las próximas horas habrá una cumbre de urgencia entre Leo y el entrenador.
El futbolista de 33 años estaba descansando alejado del ruido de la ciudad en los Pirineos de Cataluña, ubicados a una hora en auto de Barcelona. Esas difíciles horas las pasa con su familia, pero también en compañía de las de sus amigos y compañeros Jordi Alba y Luis Suárez. Según informaron Sport y TyC Sports, interrumpió esos momentos de tenso reposo para trasladarse hacia la ciudad con el objetivo de conocer el proyecto de Koeman. Una charla que podría ser definitoria.
“La decepción es correcta, hay que hacer este duelo, pero desde el domingo estamos preparando la temporada que viene. Vacaciones, limpiar la cabeza y comenzar la temporada con toda la fuerza”, había insistido Bartomeu tras blanquear que mantuvo un diálogo con el padre de Leo en el que conoció la disconformidad de su jugador franquicia. Aunque trató de apaciguar las versiones de conflicto: “No hay un fin de ciclo, por que un nuevo ciclo sería sin Messi, y Messi seguirá. Messi está creando una era, la era Messi. Y dentro de la era Messi hay varios ciclos y ahora comienza otro
Sin embargo, por más que el máximo dirigente intente apagar el feroz incendio que se desató en su mandato, las versiones de una disconformidad parecen ser más ciertas que nunca. Koeman mismo planteó la duda en su presentación, toda una señal de que puertas dentro no recibió una respuesta tan contundente como la que dio Bartomeu en su entrevista: “No sé si tengo que convencerlo a Messi. Claro que es el mejor jugador del mundo y lo quiero tener en mi equipo. Entonces, por mi parte me encantaría trabajar con Messi porque te gana partidos. Si tiene el rendimiento que siempre ha demostrado, estaría contentísimo si quiere quedarse. Todavía tiene contrato, así que sigue siendo jugador del Barcelona”.
Dos detalles que no son menores en todo este tablero: Leo tiene contrato hasta mediados del 2021 y el club anunció que en marzo próximo habrá elecciones presidenciales. ¿Hasta cuándo dilatará su decisión el capitán del equipo? ¿Influyen los timonazos de las salidas de Quique Setién y Éric Abidal? ¿Le dará un empujón saber que desde el próximo año el club tendrá una conducción distinta? ¿En cuánto podrá impactar el diálogo con Koeman?
Eso sí: nadie podrá decir que Messi no advirtió sobre esta situación. Ya en septiembre del año pasado había sentado su tajante postura en una entrevista con el diario catalán Sport: “Quiero estar en el Barcelona todo lo que pueda, hacer toda mi carrera porque esta es mi casa. Tampoco quiero tener un contrato largo y quedarme aquí porque tengo un contrato, sino porque quiero estar bien físicamente, jugar y ser importante y ver que hay un proyecto ganador. Quiero seguir ganando cosas en el club, quiero seguir consiguiendo cosas importantes. Lo más importante para mí es tener un proyecto ganador”.
Para ese entonces, giró varias veces sobre ese tema: aclaró que el contrato lo manejan su padre con Bartomeu y que él sólo transmitía sus “pensamientos”. ¿Cuáles son? “No tengo intención de moverme a ningún lado pero quiero seguir compitiendo y ganando”. Clarito.
Un antecedente que excedió al club puede asemejarse en cierto modo a este momento: “Tuve en la cabeza largarme. No por el Barça, sino por querer irme de España. Me sentía muy maltratado y no quería estar más acá. Equipos creo que tuve las puertas abiertas de mucho, si bien no tuve una oferta oficial poqrue todos sabían de mis ganas de seguir en el Barcelona. Pero esa era una situación que iba más allá de lo que sentía por esta casa”. Para ese entonces, el conflicto con el Fisco lo había puesto con un pie afuera del club.
La motivación ahora es distinta. La eliminación en cuartos de final de la Champions League con un cachetazo histórico incluido es un golpe devastador. Messi, en sus horas más difíciles y cruciales de su carrera, convive con dos de los jugadores de su círculo más íntimo. Los tres tienen en jaque su continuidad en el club por distintos motivos. De ellos, sólo Messi fue declarado “intransferible” por Bartomeu. Ni Alba, ni Suárez. ¿Se va del Blaugrana?
El holandés iniciará los entrenamientos formales el próximo 31 de agosto y espera tener a la Pulga. La charla de hoy será fundamental.