Reina Madre es la banda tributo a Queen que recrea, con potencia y glamour, una puesta escénica idéntica en todos los detalles, desde el arte lumínico, el vestuario, las réplicas de los instrumentos y la caracterización de cada uno de los miembros del cuarteto británico. Nico Fernández (Spike Edney), Matías Sablich (Roger Taylor), Nanu Adamowicz (John Deacon), Jorge Gabarron (Brian May) y Andy Rex (Freddie Mercury) juntos llevan adelante una performance sonora de alto vuelo. Pero el núcleo de su propuesta es un viaje imaginario por el tiempo y brindar una sensación de ver y escuchar -o revivir también- aquellas megaactuaciones con los más grandes éxitos de la mítica banda. Con 15 años de actividad, Reina Madre redobla su apuesta con una nueva formación. En diálogo con DIARIO DE CUYO, su vocalista, Andy, habló sobre la vitalidad de esta propuesta musical que sonará hoy en Luna Morena. 

– ¿Cómo viven este momento de transición y renovación?

– Hubo justamente un cambio en la formación durante la pandemia. Un proceso que mejoró y potenció aún más el trabajo de la banda. Estamos felices con los nuevos cambios. El espectáculo mismo se superpotenció. La pandemia fue durísima para todos claramente, en el caso nuestro no hubo excepción. Pero sirvió para proyectar nuevos rumbos. Tuvimos necesidad de un aire nuevo, que revitaliza y encaramos por ese lado. Hay un montón de cosas que vendrán dentro de poco. Esta gira nacional terminará en enero y después en marzo del año que viene haremos la gira internacional. Dentro de todo lo malo que pasó con la pandemia, aprovechamos para reformularnos y salir adelante indemnes.

– ¿Qué tiene de especial o distintivo Reina Madre frente a otras propuestas tributo a Queen?

– En Argentina somos dos bandas que hacemos esto (la otra es Dios Salve a la Reina) pero Reina Madre no es mejor ni peor a otra banda tributo. Lo que tenemos es un contacto muy directo y visceral con el público. Para nosotros la famosa cuarta pared no existe. Salimos desde el primer instante y lo subimos al público imaginariamente para que sea parte del recital como un integrante más de nosotros en el escenario. No nos gusta hacer un producto prefabricado, frío y distante. Todo lo contrario, somos fanáticos de Queen antes de ser músicos y lo hacemos con un amor y un respeto absoluto. Uno de los puntos fuertes es nuestra forma de ser arriba del escenario. Y sobre todo, mucho trabajo en capturar la esencia del sonido Queen en vivo que es muy difícil de lograr.

– ¿Cómo se explica este sentimiento especial por Queen después de muchos años sin que su líder natural esté físicamente?

– Lo que pasa con Queen es que es una banda ultra popular que ha quedado en el inconsciente público para siempre. Nosotros vemos en cada show que vienen más pequeños y pequeñas de 4 y 5 años en adelante, con sus camperitas amarrillas y sus bigotitos pintados; no sólo eso, conocen muy bien todas las canciones. Los veo desde el escenario, cuando corro y bailo, ellos hacen lo mismo y lo disfrutan. La biopic tuvo que ver y ha contribuido en esto porque ellos descubrieron un personaje tan peculiar como fue Freddie, para mí es el showman y frontman más grande de la historia del rock. Hay una mística en el ambiente y el espíritu de Freddie ronda permanentemente al lado nuestro. Se crea magia y solemnidad al mismo tiempo. 

– ¿Cuál es el momento que te hace sentir más cerca de Freddie?

– Bueno, mi trabajo es ser vendedor de ilusiones, que se basa en mantener la esencia viva de Freddie en el escenario. Por una profunda admiración y respeto por su memoria, intentamos rendirle homenaje, acercándonos a su forma de correr, sus gestos, su forma de caminar, cantar, impostar la voz, sus gestos, entonces todo eso tratamos de hacer una mixtura y preservamos la esencia y la mística de Queen. Cuando se apaga la última luz del escenario, vuelvo a ser yo.

– ¿Qué admirás de Freddie en lo humano?

– No puedo ser objetivo. Freddie está sentado en la mesa de los dioses del Olimpo. Admiro todo de él. Freddie podía captar la atención de miles de personas, sólo él podía lograr cautivar a todos sin decir nada, en silencio, mirándolos de frente. Él imponía, majestuosidad, glamour y respeto. Aunque soy sincero y estoy convencido de que todo Queen fue una maravilla, quizás Freddie no hubiese sido Mercury sin tener a Brian, a Roger y John. La vida de Freddie ha sido muy emocionante. No en vano, a los 17 años había dicho que no iba a ser una estrella de rock, sino que se convertiría en una leyenda. Bueno, no se equivocó.

 – ¿Fue un ejemplo a seguir para los artistas del rock? 

– Bueno, depende de lo que uno quiera tomar del personaje. Hago poco hincapié en su vida personal. Vivimos una época donde hay muchas más libertades y que están siendo aceptadas en lo social, en lo cultural, en lo religioso y en lo sexual. Aunque falta todavía por avanzar. En cambio, los años 80 no era así, darse los gustos en vida implicaba acarrear muchos problemas. Pero nunca le importó eso y fue feliz a su manera. Hay que respetarle eso. 

DATO
Reina Madre. A las 21hs. Sala del Sol de Luna Morena (Avenida Rawson 1358 sur). Entradas: $1.500. Venta en Hoffmann Instrumentos Musicales y www.passline.com.