Por Leonardo Muro
Michael Bublé se hizo famoso por sus excelentes versiones de standards del cancionero estadounidense. Su voz aterciopelada, fresca y pícara le daba nuevos aires al género. La música de Bublé apareció por estos lares con su debut internacional, al mismo tiempo que Rod Stewart también hacía revisionismo del cancionero norteamericano (2003), la diferencia es que Stewart ya era un artista consagrado, y el canadiense era un performer novato.
Todavía eran tiempos de tener una disquería de confianza. Por entonces estaba Musishop en Peatonal Rivadavia y allí Juan Olmos me lo recomendó como “el nuevo Frank Sinatra”. Las comparaciones siempre son odiosas, pero cuando empecé a escuchar era en verdad muy bueno. Como buen melómano tomé el booklet (libro interno) y leí que lo producía David Foster, uno de los más grandes productores de todos los tiempos. Bublé siguió trabajando con Foster y tres discos después ya lo producían Foster junto a Humberto Gatica y Bob Rock, todos juntos y en un mismo disco. La creme de la creme. Increíble!!!
El tiempo pasó el muchacho continuó su carrera ascendente, conoció a una actriz argentina, se casaron, formaron una familia y continuaron con sus carreras felices, sin perdices, pero felices. Esas carreras se juntan en el video de “I’ll Never Not Love You”, el primer adelanto de este disco y la canción con que abre esta producción. Se trata de una esperanzadora canción sobre apostar al amor, en cuyo video Bublé y Luisana Lopilato recrean distintas escenas famosas de películas icónicas.
Luego llega el primer cover, se trata de “My Valentine”, una canción que Paul McCartney, compuso en Marruecos. Estaban de vacaciones con Nancy Shevell, su tercera esposa, llovía demasiado como para salir a pasear, en el salón del hotel había un piano, y allí el ex beatle hizo esta hermosa canción. La versión que Bublé hace aquí de “My Valentine” está producida por el propio McCartney.
Le sigue “A Nightingale Sang In Berkeley Square”, que junto a “Don’t Get Around Much Anymore” son grandes standards con big band.
Un gran momento del disco es “Higher”, una canción pop con elementos de tango contemporáneo. “Crazy”, el clásico de Willie Nelson, interpretado aquí en un gran dueto entre Bublé y el propio autor. Otro clásico que incluye este disco es “Make You Feel My Love” de Bob Dylan. En mi humilde opinión, desde que la grabó Dylan por primera vez hasta el momento no hubo ninguna versión que supere a la que hizo Billy Joel en 1997, ni la de Dylan ni Adele ni Bublé. Y hablando de covers, cerca del final del disco está “You’re The First, The Last, My Everything” aquel maravilloso clásico soul de Barry White.
“Mother” como lo indica desde el título es un sincero y honesto homenaje a su madre: “Sé que todos dicen que tienen la mejor pero no es cierto porque la tengo yo”. Y ahí la estrella muestra ser uno más de los que se montan a esta clásica disputa sobre quién tiene la mejor mamá del mundo. Te tengo malas noticias Mike, la mejor es la mía.
Cerrando el disco está “Smile”, una canción cuya música fue compuesta por Charles Chaplin para la película “Tiempos Modernos” (1936), pero tuvo letra recién en 1954 cuando Geoffrey Parsons la escribió para ser interpretada por Nat King Cole. Muchas versiones tuvo desde entonces hasta llegar a esta gran performance de Bublé.
“Higher” tiene todo lo que nos gustó siempre de Michael Bublé. Tiene jazz, clásicos del cancionero tradicional de Estados Unidos, pero también tiene pop y clásicos de distintos estilos. Tiene canciones que ya escuchamos interpretadas por otros artistas pero también tiene muy buenas canciones nuevas. Tiene colaboraciones en composición hechas por Greg Wells, Ryan Tedder (OneRepublic) y hasta de su propio hijo de 8 años, Noah Bublé, quien en 2017 pudo superar una batalla contra el cáncer.
“Higher” es una fuerte apuesta de Michael Bublé, un gran apuesta en la que una vez más Bublé resultó ganador.