En medio de un fuerte operativo de seguridad, Pence arribó poco después de las 11, acompañado por el canciller argentino Jorge Faurie y el encargado de Negocios y embajador interino de Estados Unidos en la Argentina, Tom Cooney, y otras autoridades de ambos países.
La Catedral fue cerrada al público y custodiada por efectivos de la Policía Federal, por lo que estaba semivacía durante el tributo.
El vicepresidente estadounidense fue recibido en el atrio por el rector de la Catedral, padre Alejando Russo, y en la nave central lo aguardó el cardenal primado de la iglesia católica en Argentina y Arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mario Poli, y sus obispos auxiliares.
Tras depositar una ofrenda floral ante el mausoleo del Padre de la Patria, monseñor Poli y el canciller Faurie destacaron ante Pence la entrega del general San Martín en la defensa de la causa americanista y sus servicios a la libertad y a la justicia.