Casi 200.000 personas seguían afectadas por una orden de evacuación el lunes mientras las autoridades de California intentan arreglar los problemas en un aliviadero de emergencia en la presa más alta del país para evitar que ceda y provoque una corriente que inundaría localidades de las zonas más bajas.

 

El elevado nivel del agua del Lago Oroville – ubicado a unos 240 kilómetros al norte de San Francisco y uno de los lagos artificiales más grandes de la región – obligó a utilizar el desagüe por primera vez el sábado en casi 50 años.

 

La evacuación se ordenó el domingo por la tarde después de que los ingenieros detectaron un agujero en el borde de concreto del aliviadero secundario de la presa de Oroville, la más alta del país con cerca de 235 metros, y dijeron a las autoridades que podría fallar en el plazo de una hora.

 

"Estoy impactado", señaló Greg Levias, que huía de la zona afectada con su esposa Kaysi, sus dos hijos y su perro. Lo que no pudieron meter en el maletero de su coche quedó apilado lo más alto posible en su apartamento, ubicado en una planta baja, en Yuba City, antes de unirse a la fila de vehículos que intentaban dejar una ciudad a la que se mudaron hace apenas tres semanas.

 

Cientos de autos con ciudadanos aterrorizados y enojados a bordo estuvieron parados en una vía atascada horas después de la orden de evacuación.

 

Raj Gill gestiona una estación de servicio Shell donde los ansiosos viajeros repostaban y compraban alimentos mientras esperaban la mejoría del tránsito. Su jefe le dijo que cerrase el negocio y se pusiera a salvo, pero lo mantuvo abierto para alimentar a una fila constante de clientes.

 

 

Fuente: La Voz