Un millonario robo de joyas en el célebre hotel Ritz de París este miércoles se saldó con tres arrestos y el hallazgo de parte del botín, pero la Policía aún está buscando a dos sospechosos más, informaron este jueves fuentes judiciales.
La banda robó el miércoles joyas y relojes con un valor estimado de 4 millones de euros, según los medios.
Hacia las 18:30 hora local, cinco encapuchados atracaron el mítico hotel, el mismo donde Lady Di pasó su última noche antes de morir en un accidente automovilístico, hace 20 años. Tres hombres ingresaron por la puerta trasera del lujoso hotel parisino, en la calle Cambon, según dos fuentes policiales. Armados con hachas, rompieron las vitrinas de la galería comercial del hotel que alberga varias tiendas de lujo, mientras que dos cómplices esperaban fuera del establecimiento.
Los ladrones trataron de huir por la parte trasera pero las puertas estaban bloqueadas. “En este tipo de establecimiento hay un sistema de seguridad y de alarma”, explicó una fuente policial.
Bloqueados dentro del establecimiento, los tres ladrones pasaron el botín a sus cómplices por una ventana.
Estos últimos lograron escapar, uno en coche y el segundo en una moto.
Al parecer, una parte del lote fue encontrada en una bolsa, pero no trascendieron los detalles de su contenido ni su valor.
Según fuentes policiales, el ladrón que escapó en moto perdió una bolsa durante la fuga.
Un vehículo en el que huyeron -un Renault Megane- apareció más tarde calcinado en los alrededores de la capital francesa.
Los tres detenidos, que son de la región y rondan los 30 años, ya eran conocidos por la Policía.
El hotel Ritz, situado en la Plaza Vendôme, en el centro de París, está rodeado de comercios de lujo y de joyas. El barrio ya ha sufrido en el pasado robos espectaculares.
De hecho, la seguridad del exclusivo barrio parisino ya había sido reforzada en 2014, después de que varias joyerías de lujo de la plaza Vendôme fueran víctimas de brutales robos.
Este último robo audaz, cometido en uno de los barrios más turísticos de la capital francesa, representa un nuevo golpe para la imagen de París tras la ola de atracos muy sonados en Francia y en el extranjero, como el que sufrió en 2016 la estrella de reality show Kim Kardashian en una residencia hotelera de lujo.