La semana pasada en Mendoza se reformaron algunos artículos de la ley llamada "antiminera", legislación difícil de entender porque se supone que las leyes se hacen para todos y no apuntando a un sector. El escrito prohibía el uso de sustancias químicas que son habituales en el campo minero como el cianuro. Este compuesto de carbono, nitrógeno y generalmente potasio, perdió simpatías luego de las películas de espías en la guerra fría y hasta en la época de la guerrilla en los setentas, se supone que los cabecillas siempre llevaban una pequeña porción para suicidarse antes de caer en manos de la policía. También quedaban afuera del proceso industrial el ácido sulfúrico y otras llamadas "contaminantes". "Todo es tóxico, depende de la dosis" ya decían los químicos antiguos, si uno bebe más de 4 litros de agua en menos de una hora seguramente morirá. Una nueva ley eliminó el vademécum de las sustancias, lo que indirectamente habilitaría exploraciones y explotaciones futuras por miles de millones de dólares. El proyecto fue enviado a las cámaras de diputados y de senadores por el Poder Ejecutivo. Rodolfo Suárez, el gobernador radical recién asumido luego de un triunfo categórico frente a la kirchnerista Anabel Fernández Sagasti, tuvo gran éxito dado que su proyecto fue apoyado con mayoría en los dos recintos. En general todos quienes están en contra de algo son muy proclives a la movilización, esto ha caracterizado en nuestro país a la izquierda y otros grupos que con algo de suerte superan el 1% de los votos. Si uno tomara a la movilización como representación del total de la población, no sólo estaría violando el principio de la democracia representativa sino que pasaría a respetar la voluble "ley de la calle". Además sería un injusto error estadístico, precisamente para evitarlo están las elecciones en cuarto cerrado, obligatorias, libres y secretas, para alejar del elector cualquier influencia que no sea la de su conciencia. Antimineros de distintas localidades de Mendoza se han movilizado para pedir al gobierno que derogue las reformas aprobadas por el parlamento. De hacerlo, Suárez vería destruida su autoridad en el arranque, ganándose el resentimiento lógico de los legisladores propios y ajenos. Absurdo siendo que fue el ejecutivo quien elevó el proyecto, por eso se apresuró a promulgar la ley que ha prometido no reglamentar por ahora. Más allá de cualquier resultado de esos forcejeos debemos recordar lo que desde San Juan hemos venido pidiendo y sosteniendo: Los recursos naturales y el ambiente son jurisdicción de las provincias tal como reza la Constitución Nacional y el Estado Nacional, el único que podría intervenir, lo puede hacer solo para poner límites generales – "presupuestos mínimos"- sin que las normas de jurisdicción nacional alteren las jurisdicciones locales. Esto también vale para Mendoza, por lo cual nadie debe intervenir desde afuera. La tentación a meterse en el problema desde las otras provincias mineras debe ser rechazada por improcedente e inconveniente, son los mendocinos quienes deben y pueden resolver la cuestión como mejor les parezca para su beneficio o perjuicio. Si es por San Juan, la política local le ha prestado espaldas a la minería desde Sarmiento en el siglo 19 hasta hoy. Las principales explotaciones estuvieron alentadas luego de la determinación de zonas en la gestión del bloquista Gómez Centurión, continuadas por los peronistas Escobar y Rojas, los permisos de explotación definitivos fueron firmados por otro Bloquista, Wbaldino Acosta que representó a la Alianza integrada también por radicales y cruzada renovadora y ejecutados por los peronistas Gioja y Uñac. Si hablamos del país, la Ley de Inversiones Mineras fue promulgada por el peronista Carlos Menem y sus beneficios extendidos por el Ministro Jefe de Gabinete Christian Colombo en la gestión del radical Fernando de la Rúa para ser ejecutados luego por otros peronistas como Néstor Kirchner, Cristina Fernández y finalmente Mauricio Macri, cabeza de una coalición distinta de peronistas y radicales. Si hay una política de Estado en Argentina es la minera. No obstante, antes que cualquier cosa está la determinación de los mendocinos, ellos sabrán si con la ley de la pueblada o si con la democracia representativa. Siempre es bueno recordar la frase de Barack Obama, "las elecciones producen consecuencias", no es justo pedir que un gobierno administre con las políticas de la oposición, menos si esta oposición ni siquiera es minoría, Fernández Sagasti la candidata que salió segunda con buen porcentaje de votos también hizo campaña a favor de la minería metalífera. Las previsibles manifestaciones que seguramente continuarán hasta la Fiesta de la Vendimia pondrán a prueba el temple de Suárez. Es curioso pero esta lucha de agricultores contra ganaderos y mineros remite a relatos bíblicos, en eso, Mendoza, la Barcelona de América según la descripción de Sarmiento, parece haber retrocedido. El gobernador tiene a su favor el Art 22 de la Constitución Nacional: "Toda reunión de personas que se atribuya los derechos del pueblo y peticione en su nombre comete delito de sedición". El primer artículo de nuestra Carta Magna establece en su primer renglón "La Nación Argentina adopta para su gobierno el sistema representativo, republicano y federal". San Juan mira y festeja, mientras menos se acerquen las inversiones a su vecino, más podrán llegar aquí. Por otra parte, no tendremos problema en seguir recibiendo a trabajadores de allí, como lo hemos venido haciendo por miles en estos años. Más claro imposible, tan claro como la claridad del agua que siguen trayendo nuestros ríos luego de más de 15 años de minería.