La misa no sólo fue el puntapié para reivindicar el lugar, sino también para recuperar ese espacio muy ligado a la espiritualidad y al amor al prójimo. Se trata de parte del edificio donde funcionaba el Servicio de Tomografía del Hospital Rawson y que se convertirá en una capilla. En este sector se alojaron las hermanas de la Congregación Nuestra Señora del Rosario de Buenos Aires, en la década de 1930, y por más de medio siglo se dedicaron a asistir a los pacientes, hasta que fueron desplazadas por el progreso.
La obra de refacción del edificio está demorada (ver aparte), pero igual se decidió ocuparlo para celebrar misa y habilitarlo como un espacio para que el personal, los enfermos y sus familiares puedan ‘encontrarse’ con Dios. ‘Este lugar es muy significativo porque albergó a las hermanas de Nuestra Señora del Rosario que trajo monseñor Orzali a San Juan para atender a los enfermos. Desde 1931 hasta principios de los ’80 desempeñaron su función. Las desalojaron de este edificio para instalar el Servicio de Tomografía’, contó Daniel Sebastian, sacerdote y capellán a cargo de la Pastoral Hospitalaria.
Gladys Pérez fue la primera que llegó a participar de la misa. Hace 39 años que trabaja en la parte administrativa del Hospital y fue testigo de la noble tarea que desempeñaron las monjas. ‘Las hermanas no sólo asistían espiritualmente a los enfermos y a sus familiares, sino que también estaban a cargo de la lavandería y de la cocina del hospital. Hicieron un gran trabajo, por eso me emociona que este lugar se vuelva a destinar a Dios’, dijo la mujer.
Una mesa de madera fue el altar en el que el padre Sebastian colocó una pequeña cruz de madera, una foto de Nuestra Señora del Rosario, patrona del hospital, y un envase plástico con las hostias antes de comenzar la misa que arrancó de manera poco convencional. Dedicó los primeros minutos a explicarles a los presentes que se congregaron para la celebración que, desde ese momento, el lugar permanecería abierto durante el día para ingresar a rezar y para celebrar misa todos los viernes a las 11, al menos hasta que se logre inaugurar la capilla y las demás dependencias. ‘En este edificio va a funcionar el Servicio de Capellanía, con una capilla, una oficina donde instalarme y una sala para realizar distintas actividades como, por ejemplo, catequesis para adultos’, dijo Sebastian.
El sacerdote también agregó que cuando la capilla esté lista, habrá misa todos los días a las 7 de la mañana, destinada principalmente al personal del Hospital, para que arranque su día de trabajo con la bendición de Dios.
Obra con demoras por falta de fondos
En octubre del año pasado, el padre Daniel Sebastian anunció que en parte del edificio donde funcionó Tomografía en el Hospital Rawson pasaría a funcionar el Servicio de Capellanía, con la capilla incluida. Y que los empleados del hospital y los feligreses colaborarían con fondos para concretar la obra de refacción del lugar, pero el monto fue mayor a lo esperado. "El presupuesto para esa obra es de $2 millones y no lo podemos recaudar. Por eso, en octubre del año pasado inicié un expediente en el Ministerio de Desarrollo Humano para conseguir un subsidio, pero nos tienen a las vueltas. Nos dijeron que ya estaba aprobada la ayuda, pero hasta ahora no recibimos nada. El mes pasado me dijeron que plata no hay y que nos van a ayudar con materiales y mano de obra. Nos parece muy bien que nos den este tipo de colaboración para garantizar la transparencia de nuestro proyecto. Pero aún seguimos esperando que se concrete’, dijo el sacerdote.
> PROTAGONISTAS
- Gladys Pérez
Empleada del hospital
"Es muy bueno poder contar con un lugar donde compartir 5 minutos con Dios y recargar pilas para seguir trabajando. Espero que pronto tengamos la capilla habilitada’.
- Alicia Ávila
Exempleada del hospital
"Siempre luchamos por tener un lugar donde rezar acá. Hasta salvamos las imágenes que había en la gruta al lado de Urgencias cuando la derribaron para construir la parte nueva’.
- Nelson Campero
Pastoral hospitalaria
"La capilla va a ser una farmacia espiritual para la gente que trabaja o llega enferma. Tanto los empleados con los pacientes necesitan un lugar donde rezar y estar en silencio con Dios’.