La Policía investiga la misteriosa muerte de un hombre de 30 años cuyo cuerpo fue hallado en el interior de un canal, en Pocito, a unos 600 metros de distancia de su moto. Los pesquisas al cierre de esta edición barajaban varias hipótesis y no se animaban a descartar ninguna: accidente, suicidio o crimen, especulaban.
La víctima fue identificada como Sebastián Pelaytay, con domicilio en el Lote Hogar 30, en La Bebida, Rivadavia. Su cuerpo fue encontrado por unos trabajadores de Hidráulica alrededor de las 14.30 de ayer, atascado en una compuerta del canal Céspedes, en un tramo cercano a la calle 9, precisaron los voceros.
A esa hora un grupo de policías ya estaba buscando al hombre, pues pasado el mediodía habían hallado tirada su moto Corven 150 cc a la altura del Barrio Las Piedritas, a un costado del cauce y a unos 600 metros donde más tarde aparecería el cadáver.
Las alarmas se habían encendido y habían empezado a averiguar para dar con su paradero. Su familia declaró que no lo veían desde las 23 del sábado. En base a testimonios de testigos, los investigadores establecieron que Pelaytay había estado con unos amigos en una casa de la zona y cuando fueron a entrevistarlos les dijeron que ya se había ido y que había estado bebiendo alcohol en grandes cantidades, según fuentes del caso.
La llamada al 911 del personal de Hidráulica confirmó lo peor. Los pesquisas se trasladaron de inmediato al lugar y constataron el fallecimiento. Luego llegó el médico legista y estableció que el cuerpo a simple vista no presentaba lesiones compatibles a las de un ataque, como puntazos, orificios de arma de fuego o marcas violentas, indicaron en la Fuerza.
¿Qué le pasó? Hasta anoche nadie sabía. La familia pidió a la Policía que el caso sea investigado a fondo, pues para ellos no se trató de un suicidio. Es más, dijeron que no tenía problemas ni tendencias a querer morir por alguna circunstancia, y que nunca antes había intentado quitarse la vida.
Otra de las hipótesis es que se haya caído de la moto pero a los investigadores no les cierran dos puntos: la Corven no tenía daños y además el cadáver se encontraba aguas arriba, por lo que de haber caído el cuerpo, la corriente lo hubiese arrastrado hacia la dirección contraria, explicaron.
Por último, si bien no tenía lesiones a simple vista, la posibilidad de que haya sido víctima de un crimen no fue descartada, pero hasta ayer no se había dado intervención a la sección Homicidios.
Anoche en la Morgue Judicial le practicaban la autopsia. Ese informe servirá para confirmar la causa de muerte y ayudará a los investigadores a achicar el círculo de hipótesis. Será luego el juez del Cuarto Juzgado de Instrucción el que decida si el caso debe pasar o no al archivo.