Eran los dos candidatos. Por lo que el duelo entre ambos se esperaba con expectativa. Nuestro Maximiliano Richeze, considerado el mejor lanzador del mundo, y el colombiano Juan Esteban Molano. Ambos se miraron de reojo durante todo el transcurso de la carrera, sus compañeros de equipo dejaron el pellejo cuidándolos para que arribaran al instante supremo con sus fuerzas intactas. Había una sola oportunidad y quien la aprovechara mejor se quedaría con la medalla dorada, en el cierre de los Campeonatos Panamericanos de Ruta 2018, que terminaron con la selección cubana en lo más alto del medallero y con la mejor participación argentina en torneos continentales.
Juan Sebastián Molano, 23 años, el hombre rápido del conjunto Pro-Continental colombiano Manzan Postobon, se quedó con una carrera que tuvo alternativas cambiantes y contó con dos grandes actores secundarios, el uruguayo Federico Moreyra y el brasileño Cristian Egidio, quienes desde la quinta vuelta, de las 11 previstas, le pusieron pimienta al tramite de la prueba.
Hasta los 70 kilómetros de competencia, había pasado poco y nada. Algunos intentos individuales que tuvieron escasa vida, como los protagonizados por el ecuatoriano Jorge Montenegro y el colombiano Carlos Alzate, que llegaron a tener 20 segundos de luz, pero fueron conectados antes de cumplir media vuelta. Otro ecuatoriano, Kleber Cuasquer, marcó el camino durante un giro y medio.
Molano venía de ser tercero el año pasado en Costa Rica y de pelear mano a mano con Gaviria tres etapas de Colombia Oro y Paz.
Fueron Egidio y Moreyra quienes abrieron un hueco importante al transitar los primeros metros del quinto circuito. Su esfuerzo rindió frutos y recién en la vuelta siguiente fueron alcanzados por otros siete hombres. En el grupo que arribó a la cabeza de la carrera llegó el sanjuanino Nicolás Naranjo. Junto al hombre del seleccionado argentino llegaron: el chileno Gonzalo Garrido, el colombiano Diego Ochoa, el costarricense Elías Vega, el mexicano Miguel Álvarez, el venezolano Pedro Gutiérrez y el ecuatoriano Pablo Caicedo.
Trabajando parejo y sin pausa, los líderes llegaron a tener más de dos minutos y medio sobre un pelotón que se mantenía sereno. Luego, al transcurrir la octava vuelta comenzaron las desinteligencias entre los de arriba. Algunos trabajaban menos y en ese tire y afloje, saltó Moreyra, salieron a buscarlo Egidio y el mexicano Álvarez. Los tres entraron a la última vuelta con una ventaja de 1m10s sobre un pelotón encabezado por Argentina. Jorge Giacinti se activó para provocar la llegada masiva. Cuando Colombia y Chile dieron una mano a los albicelestes la distancia se pulverizó. El acople se produjo pasando sobre el puente de Avenida Libertador General San Martín, en la zona de Desamparados. De ahí en más todo se basó en los "galgos" de cada equipo. Los colombianos estuvieron más coordinados que el resto y su embalador, Molano, como en un duelo criollo, tocó a fondo con su facón y festejó la victoria.
Foto: Daniel Arias