El servicio de mototaxi es común en Bangkok. Los trabajadores están en medio de la corrupción y las nuevas tecnologías.

 

Por Noel Caballero
Agencia EFE

Apostados en las esquinas con su característico chaleco naranja, los mototaxistas de Bangkok han resistido la profunda década de crisis política que registra el país, para ahora, verse amenazados por las nuevas tecnologías. "Desde la introducción de las aplicaciones (de transporte) en el móvil hemos sufrido un descenso de clientes”, se lamenta Nung, en la bocacalle de una céntrica arteria capitalina donde espera a los viajeros. El trabajador se refiere en referencia a servicios como "Uber Moto” o "Grab Moto”.

Los cerca de 130.000 conductores de este servicio de transporte desplegado a lo largo de la enorme metrópolis asiática son clave para el desarrollo de la economía tailandesa.

Procedentes de regiones rurales del país y barrios humildes de la urbe, el "motosai” transporta a unos 5,5 millones personas por jornada, y producen al año entre 23 y 40 millardos de bat (entre 600 y 1.042 millones de euros o entre 730 y 1.270 millones de dólares), según cifras de la Asociación de Motocicletas Taxi de Tailandia.

Con fama de temerarios y algo granujas, los ciclomotores zigzagean a buen ritmo por el denso tráfico de Bangkok para llevar a diario a muchas personas a su puesto de trabajo.
"Durante la hora pico, los servicios de transporte público están abarrotados y el auto o colectivo no es una opción por las congestiones de tránsito. Entonces, el mototaxi es la manera más rápida y barata para un trayecto corto.

Un sector controlado principalmente por mafias – muchas lideradas por policías corruptos -, hasta la llegada en 2001 del primer ministro Thaksin Shinawatra, cuyo gobierno se implicó y logró parcialmente resolver los problemas expuestos por los mototaxistas.

Por ello, gran parte de estos conductores guardan fidelidad a Thaksin a pesar del golpe de Estado militar que lo derrocó en 2006 y que dio inicio a la década de inestabilidad política que perdura en el país hasta la actualidad. Tras la caída de Thaksin "las mafias regresaron” y con ello la extorsión y el reclamo de sobornos, recuerda Chaloem.

En marzo de 2010, los mototaxistas conformaron un importante núcleo en las protestas en favor del exmandatario que tomaron parte del distrito financiero y comercial de Bangkok; y que terminó con una intervención castrense que se saldó con más de 90 muertos.

Para trabajar en regla, entre las propuestas que se analiza se encuentra la creación de una aplicación móvil para los mototaxistas tradicionales, que impulse su adaptación tecnológica y ayude frente a los nuevos servicios.

Mientras, las plataformas políticas ligadas a los Shinawatra han ganado todos los comicios en Tailandia desde 2001, gracias al apoyo de la clase rural del noreste y a pesar de la oposición de gran parte de la clase media y las élites cercanas a la monarquía y el Ejército. El Gobierno militar tiene previsto celebrar elecciones en febrero de 2019. De producirse más retrasos en la fecha de elecciones, seguramente se registren manifestaciones en las calles, según los mototaxistas.