Por dentro. Vista interior de la catedral de Notre Dame, en París (Francia), que ayer sufrió un incendio.

 

La catedral de Notre Dame tiene tesoros muy reconocidos por los franceses y por turistas de todo el mundo. El futuro de esas piezas generaron una sensación de incertidumbre mientras varios se preguntaban si podían sobrevivir a las llamas algunos de esos tesoros.

Entre las piezas que no lograban ser extraídas por los bomberos estaban los tres órganos, elementos fundamentales de la liturgia. El mayor de todos, con cinco teclados y cerca de 8.000 tubos, se considera uno de los más célebres del mundo.

El órgano principal lo hizo Aristide Cavaillé-Coll, considerado uno de los fabricantes de órganos más destacados del siglo XIX. Además, la plaza de organista titular de Notre Dame es uno de los más altos honores a los que puede aspirar un músico.

Se salvó la túnica de San Luis, un rey de Francia del siglo XIII, dijo el primer clérigo administrativo de Notre Dame, monseñor Patrick Chauvet. Los bomberos tuvieron trabajo para mover algunas de las grandes pinturas a tiempo, agregó.

Entre los franceses había también inquietud por conocer el futuro de una reconocida escultura: "El Descendimiento de la cruz". Es una escultura realizada por Nicolas Coustou en el siglo XVIII y fue ubicada en la cabecera de la catedral, presidiéndola desde el centro del ábside.

Además, reinaba la curiosidad por un símbolo emblemático: "la galería de las quimeras". Son el espíritu del lugar y ofrecen un aura de protección al representar a bestiarios fantásticos, animales salvajes y de aspecto monstruoso que servirían para espantar a los demonios. Además, sirven para evacuar el agua de la lluvia al vacío y proteger los muros de la catedral.

La más famosa de las gárgolas es "Stryge": está en la cima de la catedral y mira a París con la cabeza apoyada en sus manos.