¿Quién no recuerda la casa de sus abuelos o padres con algún mueble de rejilla? Sillas, butacas y hasta algún aparador lucían el tradicional cannage que, después, durante décadas pasó a un segundo plano decorativo. Igual que han vuelto (con mucha fuerza) los muebles de mimbre y fibras naturales, los que lucen rejilla también se hacen hueco en la decoración de interiores y, además, con grandes virtudes. 

Estos muebles llevan en escena varios años y en algunas clásicas e icónicas piezas –como la silla Thonet–, nunca han desaparecido. Pero ahora, además de sillas o butacas, protagonizan también cabeceros, armarios y hasta lámparas.

Se trata de piezas versátiles, que aportan muchísima calidez y que encajan en casi cualquier estilo decorativo. Los muebles cannage son piezas con estructura de madera que incorporan una rejilla hecha con ratán, mimbre o caña trenzados. De hecho, es una de las tendencias de decoración que están triunfando en 2021. 

Otra de sus virtudes es la capacidad que tienen de adaptarse a cualquier estilo: desde los que presumen de un marcado toque retro a los más contemporáneos, pasando por los minimalistas y gasta los estilos más industriales, aunque en estos casos las fibras naturales dejan paso a rejillas hechas a partir de metal. Y es que sus diseños se han adaptado a los gustos más modernos con soltura y sin perder la elegancia que los caracteriza.

Es una de las fortalezas de las fibras naturales y el motivo por el que los muebles de rejilla conquistan los espacios. Por un lado, son capaces de subir la temperatura de cualquier ambiente, dotándolo de calidez y haciéndolo más acogedor. Pero también aportan ese punto fresco, informal y desenfadado tan característico de las fibras. Este doble mérito hace de los muebles de rejilla un must en decoración de interiores, de manera que han llegado a convertirse en algunas de las piezas más deseadas, ya sea para decos boho, shabby chic e, incluso, las más clásicas. Y es que estas piezas encajan en las tendencias decorativas actuales, en las que lo tradicional y lo sostenible aúnan fuerzas para crear ambientes en los que triunfa lo ecológico y la slow deco. 

Además permiten que la luz se cuele entre su entramado, dotando a estas piezas de un aspecto mucho menos voluminoso que el de otros muebles, como los de madera, por ejemplo. Esta particularidad de la que presumen los muebles de rejilla los ha convertido en una gran opción para pisos pequeños, en los que buscar una decoración ligera es fundamental para no saturar el ambiente y dejar que la luz circule a su libre albedrío. 

Sumado a eso, al estar fabricado su entramado con fibras naturales es resistente tanto a la humedad, como a la rotura y a los golpes. Y todo gracias a la flexibilidad que tienen las fibras. De hecho, gracias a que las fibras admiten muy bien pinturas y tintes, los podrás ver en tonos más oscuros y hasta pintados. La pintura a la tiza o chalk paint es una gran opción (y muy fácil de aplicar) para dar un toque más personal a un mueble de rejilla. En su color original, conseguirás calidez. De blanco, quedarán ideal en un ambiente romántico y con un punto vintage. E, incluso, pintado de negro el efecto será elegante y sofisticado. 

Si quieres incluir un mueble con rejilla en la decoración de tu casa, puedes empezar por el dormitorio. Un cabecero de rejilla aportará textura y combina a la perfección con cualquier estilo que quieras darle a tu cama. 

En el salón, conquista las estructuras de sofás y butacas, pero aquí el efecto es más elegante y sofisticado. Y es que muchas marcas de decoración e interiorismo han ido adaptando este clásico entramado a muebles de líneas más contemporáneas. 

Si no te animas a incluir un gran mueble de rejilla en la decoración de tu casa, puedes empezar con algún detalle pequeño. Una cesta de entramado de mimbre, unas puertas de un pequeño mueble, en un cubreradiador o, incluso, en alguna lámpara, de colgar o de sobremesa. De hecho, las lámparas con detalles en rejilla se han convertido en todo un icono de la elegancia y el bien gusto. 

 

Fuente: Hola