El médico otorrinolaringólogo Maximiliano Babsía estaba citado a las 10 de este miércoles en el Quinto Juzgado Correccional para dar su versión de los hechos: se lo investiga por homicidio culposo, una presunta mala praxis en perjuicio de la joven Julieta Viñales, operada por este profesional de amígdalas el pasado 10 de febrero y que luego de permanecer en gravísimo estado, el 3 de marzo se confirmó su deceso.
Babsía ingresó por un lugar no habitual, lo hizo por la zona del estacionamiento, buscando esconderse de la prensa y los flashes de los fotógrafos. "Sabía muy bien por donde entrar, lo escondieron con complicidad de alguien de Tribunales", dijo un familiar de la joven fallecida.
A pesar que pasaron poco más de 4 meses del fatal desenlace, Babsía no quiso dar su versión, se valió de su derecho de no declarar y se abstuvo de hacerlo.
El caso
Julieta Viñales regresó a San Juan desde Buenos Aires, donde se había instalado para estudiar medicina, para las fiestas de fin de año y decidió someterse a una operación de amígdalas por la simplicidad de la intervención y la rapidez de su recuperación. Sin embargo, una presunta mala praxis le costó la vida 25 días después.
El 10 de febrero la joven de 18 años ingresó al quirófano de una clínica privada sanjuanina de nariz, garganta y oído. Tres días después recibió el alta médica y regresó a su casa. Tres días más tarde, Babsía le realizó una revisión de rutina y aseveró a la familia que todo marchaba bien.
Pero la situación se complicó y al otro día que le dijo que todo estaba bien, Julieta se descompensó, vomitó sangre y fue trasladada de urgencia al Hospital Marcial Quiroga. Allí hubo un primer contacto telefónico con su médico quien dijo que "se trataba de una hemorragia postquirúrgica y que en algunos casos es normal". Al otro día la derivaron al Hospital Guillermo Rawson donde fue visitada por Babsía e insistió con que "estaba todo bien".
Pero la madrugada del 16 de febrero sufrió un paro cardíaco y debió ser reanimada. Ahí se constató que era una fisura en la arteria carótida lo que produjo el paro, el tiempo sin oxigenación fue suficiente para que Julieta quedara con muerte cerebral. Finalmente, a las 23:40 del 3 de marzo su corazón dejó de latir.