En México, el pasado jueves 25 de octubre un nene de ocho años identificado como Landon Yahir, fue obligado por su padre, Jacinto Álvarez y su madrastra, Olga Leticia a comer su propio excremento.

Durante este acto de tortura, el menor se ahogó y debido a esta situación su progenitor, y la pareja de este llevaron al chico hasta una estación de bomberos donde los médicos no pudieron hacer nada para reanimarlo, al tiempo que confirmaron su deceso y de inmediato dieron parte a la Fiscalía General del Estado.

Tras obligarlo a comer su materia fecal, le dieron leche y caldo de pollo, para que se sacara el mal sabor de boca, pero el nene empezó a vomitar, a ahogarse hasta que se broncoaspiró.

Luego los terribles hechos, que causaron conmoción en todo el país, un hermano de la víctima denunció estaban abandonados y que su papá y la mujer los maltrataban. En tanto, la familia por parte de la madre de los chicos, Ángeles Yosuri Villalobos Pérez manifestó a la prensa local que no estaban al tanto de las condiciones inhumanas en las que vivían las criaturas.

Luego, aseguraron que Landon primero vivía con sus abuelos, pero un día el papá se lo llevó por la fuerza y recordaron que la víctima "pesaba entre 9 y 11 kilos". “Me lo arrebató de las manos, no preguntó nada, lo agarró y se lo llevó, dijo que se lo llevaría a Monterrey, y que le valía lo que pensáramos. Yo le dije que se metería en problemas, pero no entendió”, dijo Francisco Villalobos, abuelo materno del menor.

 

Cabe aclara que el padre del menor fallecido fue detenido, aunque horas más tarde recuperó la libertad. En tanto, la Procuraduría de Niños, Niñas y la Familia de Coahuila le dio resguardo a los tres hermanos del occiso.

Uno de ellos, Santiago de sólo cuatro años reveló lo que le habían hecho a la criatura.

Por último, según publicó sinembargo.mx se supo que cuando los padres de Landon se separaron, el menor de por entonces tres años, quedó al cuidado de su papá aunque totalmente desamparado porque este no le daba la atención necesaria, lo que obligó al menor a vagar por calles de la colonia Santa Cristina, donde era conocido como “El Chavo del 8”.

Otros detalles

La víctima fatal era obligada por su padre a vivir con su madrastra y sus cuatro medios hermanos, pero no era considerado parte de la familia, situación por lo que vivía aislado en su cuarto, donde dormía, comía de vez en cuando e incluso hacía sus necesidades fisiológicas dentro de una bolsa de plástico que le proveían día con día señaló el citado medio.