La empresaria francesa y heredera del gigante de la cosmética L"Oreal, Liliane Bettencourt, quien vivió rodeada de dinero, la política y más de un escándalo, murió a los 94 años, informó su hija ayer.
Bettencourt murió en París el miércoles por la noche "tranquilamente", dijo en un comunicado, su hija única, Françoise Bettencourt Meyers.
Aunque en sus últimos años fue una persona privada, mantuvo cercanos vínculos con tres presidentes franceses durante su vida y nunca estuvo alejada de las páginas de sociales, que informaban sobre sus relaciones familiares minuciosamente.
Bettencourt era considerada como la mujer más rica del mundo, según la revista Forbes, que calculó su riqueza neta en 39.500 millones de dólares. Liliane heredó el imperio L"Oreal al morir su padre en 1957.
Se involucró en una disputa pública con su única hija, Françoise Bettencourt Meyers, cuando ésta acudió a los tribunales para acusar al fotógrafo Françoise-Marie Banier de aprovecharse de la fragilidad de sus madre.
El escándalo incluyó a destacados políticos en 2008. El expresidente Nicolas Sarkozy fue incluido en una investigación sobre si aprovechó la fragilidad mental de Bettencourt para financiar su victoriosa campaña electoral del 2007.
En octubre del 2011, una corte dijo que Bettencourt sufría de una forma de demencia, y otorgó a su hija el control sobre la riqueza de la heredera, que incluye el 33 por ciento de L"Oreal. Su nieto Jean-Victor Meyers fue designado para cuidar de su salud y bienestar físico. En 2012, Bettencourt fue reemplazada en el directorio de la compañía por su hijo. Según se informó, padecía de demencia senil y desde 2006 sufría del mal de Alzheimer.