Bonaerense. Menéndez (derecha) había nacido el 19 de junio de 1927 en San Martín, provincia de Buenos Aires. Era hijo de un militar.

 

El represor, genocida y extitular del Tercer Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, murió ayer a los 90 años en el Hospital Militar de Córdoba, donde se encontraba internado desde el 7 de febrero último por afecciones coronarias y biliares, dijeron fuentes judiciales.

El cuadro de salud del emblemático exmilitar se había agudizado en momentos en que afrontaba un nuevo juicio por crímenes de lesa humanidad, informó la fuente a la agencia oficial de noticias Télam.

Según los fundamentos de sus condenas judiciales, Menéndez fue el principal responsable del “plan sistemático y generalizado de exterminio de la oposición política” aplicado durante la última dictadura militar (1976-1983) en Córdoba y en nueve provincias del noroeste.

Menéndez fue uno de los genocidas no beneficiados por la ley de Obediencia Debida, dictada en 1987. Recibió 15 condenas perpetuas y se hallaba implicado en unas 800 causas por crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado.

En su carácter de jefe del Tercer Cuerpo de Ejército y de la llamada Área 311, que abarcaba diez provincias, Menéndez impartía órdenes e instrucciones, supervisaba sus resultados y generaba las condiciones para que sean eliminadas todas las pruebas para que sus autores tuvieran impunidad.

Asumió la comandancia de esa jurisdicción militar con sede en Córdoba, entre septiembre de 1975 y el mismo mes de 1979, pero alcanzó un poder absoluto sobre las 10 provincias del noroeste y Cuyo.

Luciano Benjamín Menéndez era la máxima autoridad en Córdoba durante la dictadura y responsable de la represión en Jujuy, Salta, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, San Luis, Santiago del Estero y Tucumán. Murió a los 90 años en un hospital cordobés donde permanecía internado. Cumplía arresto domiciliario por las 12 condenas a prisión perpetua que recibió por sus múltiples crímenes: desapariciones, asesinatos, secuestros, torturas, violaciones y robo de bebés.

Alcanzó un poder absoluto en 10 provincias del noroeste y Cuyo.

Tuvo a sus órdenes a 15.000 hombres en 24 áreas, esparcidos en esas diez provincias. Fue el general más joven de la historia reciente del país, promovido en 1972 a los 45 años, por el gobierno de facto de Alejandro Lanusse y, en el final de su vida, fue el militar que más condenas sumó por secuestros, crímenes y torturas durante la última dictadura militar.

Su casa en el barrio Bajo Palermo, en la ciudad de Córdoba, donde pasó los últimos años de su arresto domiciliario, fue objetivo de los “escraches” con que la agrupación HIJOS marcaba a los represores liberados por el expresidente Carlos Menem.

Apodado “La Hiena” por su crueldad con los prisioneros y “Cachorro” por ser hijo de un militar, Menéndez era un ultranacionalista católico. Su padre, un teniente con actuación en la represión contra los anarquistas y comunistas. Un tío participó del intento de golpe contra el por entonces presidente Juan Domingo Perón en 1951 y un primo -Mario Benjamín, fallecido- sucumbió como gobernador militar en el intento de reconquistar las Malvinas en 1982. Durante el conflicto de 1978 con Chile por la soberanía de islas del Canal de Beagle, Menéndez propició la invasión del vecino país en su condición de comandante del Tercer Cuerpo y por tanto responsable de cubrir la frontera argentino-chilena. Se jactó de llegar a Valparaíso para orinar “champaña en el Pacífico” a modo de celebración.

 

Del lado de los “halcones”

 

En la interna entre “halcones” y “palomas” que dividía al Ejército durante la dictadura, Menéndez estaba -junto con Guillermo Suárez Mason- del lado de los “halcones”, los que querían una dictadura eterna. Entre las “palomas”, que aspiraban a una salida “democrática” al cabo de unos años, bajo la tutela de las Fuerzas Armadas, estaba Jorge Rafael Videla. Al lado de Menéndez, Videla (quien fue presidente argentino de facto) era considerado un “blando”.

Menéndez fue el creador de los dos primeros centros clandestinos de detención del país: “La Escuelita” de Famaillá, en Tucumán, y “Campo de la Ribera”, en Córdoba.

Los autos de prisión en su contra fueron interrumpidos por el beneficio de detención domiciliaria, que violó en al menos una oportunidad. Además fue internado y sufrió tres infartos, el primero en 2011. Menéndez fue dado de baja del Ejército y perdió su rango militar en 2011, cuando la Corte Suprema de Justicia confirmó la condena a prisión perpetua.

“Los desaparecidos desaparecieron y nadie sabe dónde están, lo mejor será entonces olvidar”, dijo en una entrevista en febrero de 1982. Durante el desarrollo de los juicios, los testimonios de los detenidos dieron cuenta que Menéndez visitaba -fusta en mano- alguno de los 240 centros clandestinos de detención de los que era responsable cada vez que se capturaba a una víctima muy buscada por el régimen militar. En su libreta personal, llevaba la lista de los “objetivos de guerra” eliminados, con los nombres de Miguel Hugo Vaca Narvaja (exministro del gobierno de Arturo Frondizi), Roberto Mario Santucho (Partido Revolucionario de los Trabajadores) y René Salamanca (ex secretario del SMATA-Córdoba).