Vacío. Silvia Manzini, directora del museo, mira las vitrinas vacías. Los ladrones arrasaron con numerosas piezas históricas.

 

Solamente cortaron los cables exteriores de la alarma y rompieron una pequeña ventana. Eso fue todo. Si se quiere, un robo sencillo y muy fácil. El tema es que el blanco elegido para el ataque fue el Museo Enzo Manzini y el botín que se llevaron ayer en la madrugada tiene un valor monetario e histórico incalculable. Él o los ladrones que irrumpieron en el predio de Zonda arrasaron con al menos cuatro colecciones y piezas como el sable y el fusil del general y gobernador Nazario Benavídez y una serie completa de medallas y monedas antiquísimas. Hay dudas de que sea un hecho común, la familia propietaria del museo cree que se trató de un robo por encargo para vender las reliquias en el mercado negro de los coleccionistas.

Esta última sospecha obligó a Silvia Manzini, la dueña y directora del museo situado en ruta 12 en Zonda, a pedir ayuda a la Policía Federal, a Gendarmería y Policía de Seguridad Aeroportuaria ante el temor de que pretendan sacar las piezas fuera de provincia. Mientras tanto la Policía local busca pistas.

Con el viento Zonda, el casero no escuchó nada. Los ladrones cortaron los cables del sistema de alarma y rompieron la ventana de un baño del museo. Por ahí entraron. El hecho se descubrió recién a las 8, cuando abrieron para recibir a un contingente de estudiantes. Más tarde, los policías hallaron la moto del casero a 400 m de la finca. Esto hace pensar que hayan querido robársela y sean ladrones comunes, pero no descartan que sea un señuelo.

Oscar Adárvez, esposo de Manzini, contó que sustrajeron 37 medallas de la colección llamada Leguizamón (que son distinciones a las Patricias Argentinas), más de 300 monedas del mundo (algunas de la época colonial) y billetes desde la creación del Estado Argentino, otra colección de medallas de los soldados sanmartinianos y las pertenencias del general y gobernador Nazario Benavídez, entre otras cosas, como 8 armas antiguas. Anoche, Silvia Manzini todavía seguía haciendo un inventario para saber en detalle qué más faltaba. "El daño que hicieron es incalculable. Esto tiene un valor histórico importantísimo, todo es patrimonio de la provincia", dijo la directora.

Un pequeño pedazo de historia

El museo lleva el nombre de su creador, el periodista Enzo Manzini, quien por iniciativa propia reunió piezas que hoy son parte de la historia de la provincia y el país. Así atesoró reliquias como las charreteras, el fusil, el cinturón y el emblema punzó de Nazario Benavídez, donados por sus descendientes. También petroglifos, restos de cerámicas indígenas, máquinas antiguas o la colección de monedas y billetes, entre otros objetos. Manzini trabajó durante 45 años para armar esa colección privada. Tras su muerte, en el 2000, su familia registró todo como Patrimonio Provincial y así abrió oficialmente las puertas del museo al público.