Tanto el tango como el folclore son dos expresiones culturales que corren por nuestras venas, forman parte de nuestra genética como argentinos. Seamos buenos o malos bailarines, buenos o malos músicos, todos en algún momento interpretamos de una u otra manera estas piezas, más que nada en edad escolar.
En el marco del Día de la Tradición, repasamos las principales características de ambas expresiones artísticas.
Tango, mucho más que un baile de salón
Surgió durante la década de 1800 en las zonas menos favorecidas del Río de la Plata, y pronto tomó gran expansión, llegando a las zonas más ricas de Buenos Aires y superando las fronteras, siendo una sensación en Europa y Estados Unidos.
Los diferentes tipos de tangos dibujan formas en el suelo, se baila en pareja apelando a los sentidos que despierta el movimiento armónico y el tacto suave.
Musicalmente puede llevarse a cabo mediante una amplia variedad de formaciones instrumentales, con una preponderancia clásica de la orquesta y del sexteto de dos bandoneones, dos violines, piano y contrabajo. El bandoneón es sin duda uno de los protagonistas del tango.
Las canciones más icónicas de este género son “Mi Buenos Aires Querido”, “Por una cabeza”, “La Cumparsita”, “El Choclo”, “Nostalgia”, entre otros grandes clásicos.
Folclore, un género con cientos de expresiones
La música argentina se ha caracterizado por ser cuna de grandes artistas ligados a este género, como Atahualpa Yupanqui, considerado el “padre del folclore”.
Este género comenzó a ser popular en las décadas del 30 y 40, y con el paso de los años no solo ganó lugar por todo el territorio nacional, sino que también fue adoptando distintas variables según la zona geográfica del país. Es así que dentro del gran mundo del folclore argentino se encuentran la zamba, chamamé, carnavalito, chacarera, cueca, malambo, gato, pericón, jota cordobesa, escondido, tonada, entre otros.
Entre las canciones más icónicas de este gran género argentino, podemos disfrutar de “Zamba de mi esperanza”, “Luna Tucumana”, “El Arriero”, “La Yapa”, “Chacarera del violín”, “San Juan por mi sangre”, entre muchos otros grandes temas que invitan a deleitar los sentidos.
Disfrutar de las composiciones e interpretaciones tanto de tango y folclore es una delicia que hoy, más que nunca, se debería aprovechar.