Una de las residentes del barrio El Caldén le había construido una cucha para resguardarse del mal tiempo y las bajas temperaturas.

Yuma apareció decapitada, con sus patas y cabeza cortadas, en medio de un charco de sangre.

Los vecinos denunciaron el hecho en la Comisaría 14° que, junto a la Policía Científica, identificó a un sospechoso: Rubén Eleize Leico.

El vendedor ambulante fue imputado por maltrato animal, delito que prevé una pena de hasta un año de prisión.

En un juicio abreviado, la fiscal Ivana Verdún llegó a un acuerdo con la defensa y Leico admitió su responsabilidad en el hecho, tras pedir perdón y asegurar que en ese momento estaba "muy drogado".

De esa manera, el hombre recibió una sentencia a ocho meses de prisión en suspenso porque no tiene antecedentes, por lo que no irá a la cárcel.

Para evitar la condena efectiva, Leico deberá realizar tratamiento por su adicción, tareas comunitarias y finalizar sus estudios primarios, según la decisión judicial.

 

Fuente: Telefé Noticias