Ante el salto de la inflación y la turbulencia que trajo la corrida cambiaria, la Secretaría de Comercio citó durante el fin de semana a las principales empresas de consumo masivo y los supermercados para rediscutir el programa Precios Justos. El Gobierno plantea como primer paso dar marcha atrás con las remarcaciones “preventivas” que se visualizaron en las últimas dos semanas a partir de la suba del dólar blue para luego establecer un “sendero de precios” más alto del que se había acordado previamente.
Las expectativas de inflación cambiaron. Primero se vio en el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), que se disparó de un 99% a un 110% entre marzo y abril. Luego llegó la confirmación del INDEC de que el índice de precios al consumidor tuvo un incremento del 7,7% en el tercer mes del año. Pero lo que terminó por modificar las proyecciones para el corto plazo fue la inestabilidad en los tipos de cambio paralelos de las últimas dos semanas.
Con este escenario, la Secretaría de Comercio citó este fin de semana a empresas de consumo masivo como Unilever, CCU, Mondelez, entre otros. También conversó con las cámaras que agrupan a las grandes cadenas de supermercados, a los retailers regionales y a los mayoristas. En ese diálogo, que se dio en más de un caso de manera virtual, Matías Tombolini busca en primer término que haya una marcha atrás con las “remarcaciones preventivas” de las que tomaron nota en las últimas dos semanas de corrida cambiaria.
Luego, en Economía se dispondrán a recalcular el programa Precios Justos. El plan oficial determinaba hasta ahora el congelamiento por 90 días de unos 2.000 productos y un sendero de incrementos promedio del 3,2% para unos más de 50.000. Algo que parece difícil de sostener con el contexto actual. Las empresas vienen solicitando una revisión en función de la reciente disparada de costos que implicó la aceleración inflacionaria de comienzos de este año.
En el Gobierno adelantaron al medio Ámbito que se “está conversando sobre un nuevo sendero por 90 días”. En ese sentido, reconocen que se analiza “acomodar de manera gradual” el cronograma de aumentos por el cambio de contexto. “Tenemos diferentes escenarios y se está tratando de atender todas las variantes”, explicaron en la Secretaría de Comercio, donde también apuntan a trabajar con los insumos difundidos que tienen impacto directo en los costos de los fabricantes.
Los relevamientos de las distintas consultoras dan cuenta de que la inflación no mostró grandes retrocesos el mes pasado. En el sector privado le ponen un piso del 7%. En el Gobierno aceptan que no habrá una gran desaceleración con respecto al alarmante dato de marzo.
Por estas horas el Gobierno se enfoca en acotar el efecto en precios de la corrida cambiaria y en reforzar las reservas. En Argentina, Massa y Tombolini negocian con las firmas locales y en contacto con Washington, el ministro, su vice Rubinstein y Leonardo Madcur pulsean con el FMI para adelantar desembolsos, mientras el color verde de la bandera de Brasil ilusiona a la primera plana del Gobierno que espera confirmar un alivio desde el país vecino con la ayuda de Lula.
Fuente: Ambito