Esta bella ciudad no deja de sorprender a quienes venimos de otro lado tan diferente como lejano. Se sabe que China es hoy por hoy una de las potencias máximas del mundo. Por consecuencia el modernismo está a la altura de los acontecimientos. Eso sí, se ven cosas increíbles. Un gran ejemplo es el sistema de subterráneos que posee la ciudad. El metro, como ellos lo señalan en las aclaraciones en idioma inglés, que extrañamente están en todos lados. Para nosotros es más cómodo para guiarnos, porque si tuviéramos que hacerlo con lo escrito en chino es decididamente imposible.
El metro representa una ciudad aparte. Son ocho líneas en total las que cubren el radio céntrico de la ciudad. Cada una con sus ramales. Cada una con sus distintas comunicaciones. Recorriendo kilómetros y kilómetros.
Para llegar a subir al metro, primero hay que pasar por un primer piso bajo tierra, en el que hay galerías inmensas con una cantidad asombrosa de negocios. Prácticamente son shoppings antes de lo que significa descender otro piso para ingresar a las entradas para el metro. En todo momento se utilizan escaleras mecánicas. Para subir o para bajar. Por momentos estas se llenan. En los horarios pico, al abrir o cerrar el comercio. Trabajan de 10 de la mañana a 20 de manera ininterrumpida, aunque en algunos casos puede extenderse hasta las 22.
La construcción del metro debe haber representado todo un problema para quienes están en Nanjing. Ocurre que la ciudad está rodeada de ríos y tiene varios lagos. Por eso la construcción de los túneles debe haber resultado toda una hazaña. Inclusive varias avenidas pasan por túneles en varios pasajes. También por puentes. Ni decir cuando hay congestionamientos en estos lugares. Se puede estar horas y horas dentro de un túnel. De ahí que la utilización del metro es indispensable, porque transitar por la superficie es toda una aventura.