Diego Armando Maradona fue declarado hoy ciudadano ilustre de Nápoles ante las 32.000 personas que lograron conseguir un lugar en la Piazza del Plebiscito de aquella ciudad italiana.
‘Soy un ciudadano a través de un pedazo de papel, pero soy napolitano desde que llegué a Nápoles. Doy las gracias al alcalde Luigi por permitir todo ésto. Ningún pueblo me ha querido tanto como ustedes. Gracias también a los que no me querían como ciudadano napolitano‘, cerró con polémica, fiel a su estilo, su agradecimiento tras recibir el reconocimiento.
El alcalde Luigi de Magistris fue el encargado de distinguir al extranjero que hizo vibrar como nunca a los tifosi napolitanos, que hoy lo honran 33 años después que pisó esta ciudad que mira frente al Tirreno y al que le dio las mayores alegrías al vencer a los grandes equipos del norte.
Ganador de dos ligas locales, una Copa Italia, una Supercopa italiana y una Copa Uefa con el humilde Na poli, ‘el pibe de oro‘ se convirtió en leyenda y semidiós para el pueblo napolitano, que vio en él al hombre que puso bajo sus pies a los equipos del norte del país.
‘Una noche de amor y pasión futbolera en la plaza del Plebiscito‘, describió el diario Il Mattino, para hablar del ‘hecho histórico‘ que significó declarar ciudadano napolitano a Diego Armando Maradona. Muchos hinchas lamentaron que la ceremonia y la posterior fiesta no se haya realizado en el estadio San Paolo, aquel en el que Maradona hizo brillar el futbol más sublime, ya que allí podría haber ingresado el doble de espectadores y no habrían quedado tantos afuera.
Los miles de fanáticos acudieron desde temprano con banderas y cantando las mismas viejas canciones dedicadas a su ídolo, el que jugó 259 partidos con la camiseta de su equipo y convirtió 115 goles. Luego de la entrega, los presentes disfrutaron de una fiesta que se extendió durante varias horas y que comenzó recordando el 5 de julio de 1984, día en que Maradona fue presentado como jugador de Napoli en su estadio.
El día anterior, tras su llegada a la ciudad, Maradona fue recibido y acompañado en la puerta de su hotel también por varias generaciones de hinchas de Napoli que fueron testigos de las locuras del ‘diez‘, primero sentado sobre el techo de una camioneta cantando con ellos, y luego desde el balcón de su habitación, arrojándoles almohadones como obsequio.