Homero Expósito, compositor de este tango.

 

Me gusta el tango, como a la mayoría, pero hay uno que es especial porque tiene "algo" en su bella poesía, que me hacen preferirlo sobre otros. Se trata de "Naranjo en flor", de los hermanos Homero y Virgilio Expósito. Fue compuesto y grabado en 1944, siendo la primera versión más reconocida la de Aníbal Troilo con la voz de Floreal Ruiz. Pero dicen los estudiosos que recién en los años "70, este tango logró la consideración popular gracias a la interpretación de Roberto Goyeneche, con la orquesta de Atilio Stampone. 

Tratar de descifrar la lógica de esos versos, es como desarmar algo muy bello para convertirlo en un simple objeto de utilería. Ya se verá porque me introduzco en esta tarea. "Era más blanda que el agua, que el agua blanda", comienza la canción. "Agua blanda" da la idea de que hay otra agua "dura", que debió ser la de pozo, antes del advenimiento del agua potable. Pero dice el poeta que "era más blanda" aún, es decir un estrato superior, un agua de incomparable pureza.

Al decir "era", se infiere que esa mujer ya fue, no está, y es la dolorosa queja del protagonista, agobiado por su ausencia, que campea durante toda la canción. Sigue "era más fresca que el río, naranjo en flor. Y en esa calle de estío, calle perdida, dejó un pedazo de vida y se marchó". En estos giros poéticos, la describe finalmente como pura, fresca y perfume a naranjo en flor. El drama que vive el narrador, es la frase "se marchó".

En el estribillo explota su queja desolada y establece como una prelación de los sentimientos. "Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir y al fin andar sin pensamiento". Es terrible el destino del amante no correspondido, que finalmente deambula sin pensar, "como un pájaro sin luz". Brutal metáfora del hombre que está en edad de volar, conocer las alturas, pero se queda "acobardado" en su "eterna y vieja juventud" de la cual no habrá de despegar. Entonces, sin futuro, grita "¡después, qué importa del después, toda mi vida es el ayer que me detiene en el pasado!". 

Ahora, ¿por qué desmenuzamos lo que el artista quiso decir? Una comediante ha diseminado en las redes que esta letra sería una historia criminal, que un borracho arrepentido le confesó a Expósito, en un bar cualquiera. Supuestamente en su pueblo acosó y abusó a una menor que luego murió. La segunda parte del tango dice "¿qué le habrán hecho mis manos, qué le habrán hecho, para dejarme en el pecho tanto dolor?", y eso da pié a la fantasía de esta acusadora, porque le hace suponer que la chica se habría defendido a los golpes durante el abuso. 

Quién se lo contó a esta artista? Inventa que Expósito se lo pasó "en un papelito" a Goyeneche, y de éste pasó de mano en mano entre ignotos señores, hasta llegar a esta comediante. Una fábula malsana, desmentida por la realidad ya que, en vida, dicen los estudiosos que ni los Expósito, ni Goyeneche, ni nadie de los que tuvieron que ver con este tango, refirió alguna vez la terrible historia. Además, ya no pueden defenderse. Es la increíble parábola de una mentira, que ensucia gente gratuitamente, pero que no logra opacar la gran obra, para siempre en el corazón de los tangueros.

 

Por Orlando Navarro
Peridista