Las expectativas de Argentina se apoyaban en las piernas de Maximiliano Richeze. El campeón panamericano 2012 (Mar del Plata), hombre clave del fuerte equipo World Tour belga, Quick-Steep Floors, vino a San Juan como máximo favorito. Hizo lo humanamente posible para festejar su segundo oro continental, pero no pudo, se lo negó un rival al que conoció hace hace tres meses cuando -después de la Vuelta a San Juan- corrió con su equipo la "Colombia Oro y Paz". "No hay excusas, Juan (Molano) estuvo más fuerte", afirmó el velocista nacido en Bella Vista, Buenos Aires.
A la hora de analizar la carrera, explicó que "el equipo hizo todo bien". "Mis compañeros gastaron bastante para cerrar la fuga de tres hombres que se produjo al final", dijo quien junto al resto del seleccionado nacional regularon sus energías cuando en el grupo de cabeza viajaba Nicolás Naranjo. "Esa fuga nos favorecía porque Naranjo es un hombre veloz y si se producía un embalaje en ese grupo pequeño teníamos chance de ganar", contó.
Quien mañana partirá a Estados Unidos para correr con su conjunto el Tour de California y después retornar a Europa para disputar el Tour de Suiza, como dos pruebas preparatorias para el Tour de Francia, confió que en el embalaje no quedó muy bien ubicado. "Habría sido más positivo levantar el embalaje un poco más cerca de la raya, pero, reitero, no es excusa. Quedé del lado del viento y eso me jugó en contra, por eso salí a buscar la rueda de Molano. Logré alcanzarlo, pero quedó en evidencia que el tenía más piernas, estaba más fuerte y es un justo y digno campeón panamericano".
Finalmente tuvo palabras de elogio para la organización del campeonato. "Siempre disfruto correr en mi país y saben lo bien que me siento en San Juan; por eso, que el torneo haya sido tan bien organizado es un motivo de orgullo", completó el multicampeón bonaerense.