
Durísimo. Autocrítico y frontal, el técnico de Sportivo Desamparados asumió el costo de la derrota con dolor por ser local y por ser un clásico. "A nadie le gusta perder y menos de local. Por eso duele e incomoda. Nosotros siempre somos muy autocríticos en cualquier circunstancia, cuando se gana, cuando se empata y cuando se pierde. Creo que nos faltó movilidad porque la posesión la tuvimos pero no supimos administrar la pelota. Maipú se replegó, vino a plantearnos el partido del medio para atrás, tomando marcas personales con los más desequilibrantes y tuvimos la pelota con nuestros centrales. Para colmo, en la primera y única llegada que generaron nos convirtieron. Eso, les facilitó todo. Y después, en el complemento, volvimos a caer en la misma. Probamos con más delanteros pero no tuvimos el volumen de juego como para poder resolver lo que Maipú hacía. Nos faltó movilidad y para complicarnos aún más, llegó el segundo de ellos en una contra que era previsible que se vendría en cualquier momento. Hubo reacción desde lo emocional, fueron a buscar, descontaron pero no alcanzó para empatar al menos. Hay que reconocer que no se jugó bien, que el árbitro no influyó y que si antes cuando fuimos punteros no éramos los mejores, ahora que retrocedimos en las posiciones tampoco somos los peores’.
Así, crudo, sin anestesia y adelantando que se viene una semana más que calentita en Puyuta pensando en el partido del viernes ante Estudiantes de Río Cuarto en el comienzo de la segunda ronda, Raúl Antuña hizo su análisis de una derrota que nadie quería. "Ahora hay que pensar en lo que se viene. Tenemos varios partidos como local y la necesidad de ganarlos para consolidarnos en zona de clasificación. Hay que mantener el equilibrio y no apresurarse’.
