El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, destacó ayer que las medidas adoptadas buscan descomprimir "una eventual fuente de demanda sobre las reservas" pero además "no pasar el problema al (Gobierno) que sigue".
En la conferencia de prensa que brindó ayer en el Palacio de Hacienda para anunciar las medidas, Lacunza leyó un discurso en el que destacó que "podemos analizar cómo llegamos hasta acá. Algunos atribuirán la suma de todos los males a la presunta mala praxis del Gobierno actual; en el polo opuesto, otros al futuro inferido a partir de una experiencia pasada. Casi sin matices, la culpa es del otro".
Sin embargo "no creo que al ciudadano de a pie le importe mucho quién tiene razón. Más bien creo que quiere saber cómo lo vamos a cuidar desde hoy. Y qué herramientas le van a quedar al (Presidente) que le toque cuidarlo a partir del 10 de diciembre, sea reelecto el actual o gane otro candidato". "Gane quien gane, no podemos dejarlo sin herramientas", sostuvo el ministro quien además recordó que "hace 91 años que un presidente no peronista no puede terminar su mandato en tiempo y forma".
"Ese es un fracaso colectivo, pero de la dirigencia, no de los ciudadanos, que miran absortos cómo especulamos con su tranquilidad. Si la voluntad popular no llegara a acompañar al Presidente (Mauricio) Macri a lograr la reelección, la sucesión institucional en tiempo y forma será un mérito conjunto, quizás en partes iguales, entre el presidente entrante y el saliente".
"A un hombre de Estado le pueden faltar virtudes pero no una: la prudencia. Cualquier imprudencia sale cara", sostuvo Lacunza y le pidió a "todas las fuerzas políticas garantizar la estabilidad".
En un comunicado, el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, afirmó que "las decisiones adoptadas priorizan el uso de las reservas internacionales para preservar la estabilidad monetaria y financiera, aún cuando ello implique postergar el pago a los grandes inversores de deuda pública".