Está en su mejor momento artístico y profesional. A eso le suma sentido del humor, una sonrisa contagiosa, carisma y belleza. Múltiples cualidades que la hacen a Sofi Morandi una mujer completa. La fila de candidatos con intenciones de conquistarla se hace infinita. Muchos hombres preguntan y quieren saber en que anda su corazón. Sin embargo, ella, que por ahora no quiere saber nada con tener una relación estable, solo tiene ojos para Toto, su mascota.
Como toda historia romántica, comenzó a primera vista, casi por casualidad. Cuando la convocaron para que protagonice el musical Mago de OZ poniéndose en la piel de Dorothy, le comentaron que el personaje iba acompañado de un perro y le presentaron a Totito. Apenas lo vio, la química le recorrió las venas. Lo que sintió por perro fue tal, que pidió que se lo dieran. No quería desprenderse. Así se transformó en su mascota.
Morandi es de Neuquén y más allá de que la familia suele visitarla, que tiene amigos que se fue haciendo en el camino, en Buenos Aires vive sola. Y si bien el trabajo le demanda mucho tiempo, cuando llega a su casa no tiene quien la espere. Bueno, no tenía, porque ahora es el pichicho que adoptó quién la espera moviendo la cola y saltando de alegría cada vez que abre la puerta.
Incluso, antes de que comiencen los ensayos, el perro que iba a acompañar a la actriz era otro. Uno mucho más grande de tamaño y tal vez por eso es que decidieron cambiarlo. En este sentido, Sofi habla de un guiño del destino, de que el camino de ella y Toto se tenían que cruzar y así sucedió.