Ante la rotura de parte de la Ruta del Sol, DIARIO DE CUYO habló con Juan Magariño, director de Vialidad Provincial, para que explicara la situación del problema, quiénes son los responsables y lo que se hará al respecto. Esto, debido a la importancia que tuvo esta obra.

Durante la charla Magariño dijo que ellos en este momento no están interesados en buscar responsables, sino en la reparación de la ruta para brindar seguridad a los automovilistas.  

 

 
 – ¿Se podía prever este problema?  

– Sí. Se hacen estudios de suelo a determinadas condiciones y es probable que en la época que se hicieron hayan estado limitadas las condiciones naturales y después el suelo reaccionó más profundo y generó este efecto. Pero no sé si vale la pena entrar a investigar, hoy estamos tratando de resolver.  

 
 – ¿Se podría multar a la empresa?  

– No es responsabilidad de la empresa. Es una deficiencia del proyecto, en el sentido de que a lo mejor la profundidad en la que se han generado estos efectos de reacción del terreno no estaba incluida dentro del análisis que se hizo originalmente.  

 
 – ¿Al análisis lo hizo el Estado?  

– Sí. De todas forma veo en usted un interés en buscar culpable y no es mi filosofía. Yo quiero resolver el tema porque si me siento a esperar a que se resuelva esa inquietud, vamos a seguir sometiendo a la población a esta inseguridad. Es que, si me quedo en analizar un pasado, puedo o no generar alguna justificación de por qué está mal o por qué se deformó o por qué ocurre esto, pero voy a tener una conclusión y no una ruta utilizable.  

 

Los arreglos 

 
Hace unos días la Dirección de Vialidad comenzó a trabajar en la zona afectada quitando los guardarrailes para poder largar con los trabajos de mejora. Según Magariño cuando empiece la obra gruesa, se calcula que el mes que viene, van a interrumpir el tránsito. Lo harán de manera controlada y dejarán una de las trochas para que el acceso siga siendo posible.  

El nuevo proyecto, que aún no está terminado y no se sabe cuánto costará, prevé la construcción de un drenaje para captar las aguas subterráneas, para que no lleguen a la zona de arcillas expansivas (las que causaron el problema actual). Además construirán cunetas impermeabilizadas para que el agua que escurra superficialmente tampoco dañe el pavimento. "El agua de los drenes y las cunetas será derivada a alcantarillas -que ya están construidas- hasta la orilla del río", dijo Magariño y explicó que cuando eso esté listo reconstruirán la capa de rodamiento.  

Esta nueva obra se calcula que comenzará el mes que viene y tiene un plazo aproximado de 60 días, según el director de Vialidad.