Historia. El salón de las columnas sobrevivió al terremoto de 1944 y es uno de los sitios del club Sirio Libanés donde se inspiraron en los palacios nazaríes de La Alhambra para su construcción.

 

La treintena de personas que asistió a la primera visita guiada para recorrer las instalaciones del Club Sirio Libanés asintió ante al pregunta de la guía, en el salón de actos: “¿Quién no sabe de la fama de los bailes, desfiles, obras de teatro o cualquier clase de evento social que se realizó acá?”.
Declarado ‘Monumento Histórico, Artístico y Cultural‘ de la provincia el 10 de octubre de 1996, según la Ley 6747, el edificio es uno de los frutos de lo que surgió como iniciativa de un grupo de jóvenes que está por cumplir 100 años. El 1 de mayo de 1919 un grupo de inmigrantes realizó el acto de fundación de la Juventud Libanesa, que años después construyó su sede, un lugar de transmisión cultural y de reunión y esparcimiento que marcó a generaciones de sanjuaninos.

Es el primer recuerdo que evocan Lucía Medawar, Elena Fagale y Nora Mattar, descendientes de integrantes de aquella primera comisión directiva. La mamá de Lucía fue hermana de José Crim y una tía se casó con quien fuese el secretario, Jorge Elías Assaf. Los padres de Elena y de Nora, José Fagale y Félix Mattar respectivamente, viajaron a Argentina desde El Líbano cuando tenían 12 años, escapando del hambre, la guerra y la ocupación. Como llegaban con pasaporte del entonces imperio otomano, todos eran bautizados como turcos.

 

El ingreso. El hall del club cuenta con una escultura donada por un socio, que representa a una bailarina árabe.

Y por la realidad que les tocó vivir, crearon una agrupación con el fin de mantener viva la protesta de la ocupación extranjera de su país y ayudar a compatriotas. Pero más allá de lo político, también quisieron transmitir su cultura y hasta ocuparse de la educación física de sus asociados. “Recuerdo que en mis primeros años, para que los niños no molestemos a las adultos que jugaban al básquet, nos daban cantidades de dulces”, recuerda hoy Nora.

La Juventud consiguió su sede social en 1924. Si bien el edificio actual terminó de construirse en 1959, desde el principio tomó fama por sus bailes de carnaval. 

Debido a que El Líbano se independizó en 1943 y el terremoto de 1944 afectó a casi toda la sede, se reformuló la agrupación. A pesar que sirios y libaneses se guardaban mutuo recelo, en Argentina la integración era el efecto más común, por lo que pasó a llamarse igual que ahora. “Mi papá estuvo en el salón de las columnas para el terremoto de 1944 y fue una de las pocas construcciones que soportó aquel siniestro”, recordó Elena. Ayer, mientras se realizaba la visita, las columnas eran decoradas para una celebración.

Otro ícono. La cúpula del edificio de la calle Entre Ríos es otra particularidad que lo distingue.

La reconstrucción y ampliación de la sede tardó 15 años, para tener 5.100 metros cuadrados de superficie y 60 de frente. Lucía evocó el casino que funcionó durante los años ‘50, que también valió para recaudar fondos.

La Sociedad de Damas y la de Socorros Mutuos también tuvieron su participación. Es el salón de espejos, ubicado junto al de las columnas, el que se construyó para la Sociedad de Damas.

María José Massut fue ayer la guía y en cada sala contaba alguna particularidad de la cultura árabe. Por ejemplo, en el Patio de la Pérgola, hacía notar como es más que escasa la decoración tanto en la fachada como en esos lugares. “Es característico el contraste de las paredes exteriores con las interiores, porque simbolizan que debe suceder lo mismo con las personas”.

En el subsuelo es donde se están llevando las principales obras de remodelación. Si bien el bar árabe volverá a funcionar, el salón de billar y el espacio destinado a juegos de cartas y dominó, entre otros, se trasladó al primer piso, para realizar una nueva distribución de salas, que se pondrá a disposición para conferencias, encuentros y otras funcionalidades relacionadas con el promocionado turismo de reuniones. Por el paso del tiempo, ya quedaron fuera de consideración a los baños turcos, que funcionaron hasta principios de la década del ‘80.

María José tuvo un exitoso debut como guía, luego de conducir al grupo también por el primer piso y la terraza. Además de elementos, técnicas de construcción y algunos secretos, transmitió las sensaciones de pertenencia que marcaron las vidas de los fundadores y sus descendientes. Y también, como parte de la Juventud Libanesa local -que con sus 25 integrantes la convierte entre las más pujantes como la de Rosario- es parte del nuevo eslabón que transmitirá la historia que se sigue escribiendo de la cultura de sirios y libaneses en San Juan.

 

Inspiración. El Patio de la Fuente es otro de los sitios del club basados en la arquitectura que surgió por el intercambio de las culturas europeas y árabes. 

 

Coloso. El salón de actos sigue siendo demandado por la sociedad para toda clase de eventos sociales.

 

Remodelación. El espejo de agua es parte de las refacciones y reacondicionamientos en el edificio.

 

El inicio. Siempre en el mismo lugar, la primera construcción fue de adobe.

 

La reconstrucción. La torre morisca que identifica al edificio que terminó de edificarse en 1959.

 

Integrador. El club contuvo a la cultura árabe y abrió sus puertas a las celebraciones locales.

 

> La fiesta mayor

Si bien el 1 de mayo se cumplirán los 100 años de la creación de la Juventud Libanesa en San Juan, los festejos están previstos para realizarse el sábado 4 de mayo. Ese día se cortará la circulación en Entre Ríos, para emplazar una feria gastronómica y un escenario para shows.

 

> Un mes de festejos

Están previstas 3 visitas guiadas más al Club Sirio Libanés y serán el 18 y 20 de abril y el 5 de mayo. 
Entre las actividades para celebrar los 100 años, también se realizará un taller de gastronomía árabe el 5 de abril, un té del reencuentro el 7 y una muestra artística el 29.

 

> Los pioneros

El 1 de Mayo de 1919 crearon la Juventud Libanesa en San Juan Gattas Amado Frem (presidente), Jorge Elías Assaf (secretario) y Juan Bacha (tesorero). También, José Fagale, Félix Mattar, José Crim, Nahúm Marún, Félix Antonio Abelín, Jorge Habib Issa y Emilio Elías Marún.