La pandemia de Covid-19 está provocando serios problemas económicos y sociales a nivel mundial. En la Argentina estos inconvenientes se traducen en una acentuada caída del nivel de actividad económica, en relación al año pasado, y en el aumento de índices como el de la pobreza infantil, que amenaza con agravarse si no se toman medidas de base para revertir este fenómeno que es dramático para la sociedad argentina. El aumento del número de niños y adolescentes que se encuentran en esta situación es preocupante ya que hay estimaciones de que antes de fin de año más de 750.000 chicos estarán por debajo de la línea de pobreza. Esto hará que las cifras totales pasen de los 7 millones de niños pobres que había en 2019 a 7,7 millones que se calcula será para cuando finalice el 2020. Observándolo de otra manera se puede decir que antes de que finalice el año, seis de cada diez niños serán considerados pobres, por lo que se tendrán que activar a la brevedad los mecanismos asistenciales, para evitar que esos chicos puedan pasar necesidades que luego los marcarán de por vida.

La UNICEF, agencia dependiente de la Organización de las Naciones Unidas destinada a ayudar a la niñez, elaboró un informe sobre los efectos que la pandemia de coronavirus está provocando en distintos países, poniendo énfasis en la pobreza infantil que este año aumentará considerablemente. Para el caso de Argentina, en que los nuevos niños pobres sumarán cientos de miles, el organismo recomendó mayor protección social a través de los programas asistenciales, para garantizar que los chicos se alimenten como corresponde y no caigan en cuadros de desnutrición que afecten su salud física y mental. En este contexto, cabe mencionar las bondades que tiene el programa local "Mis primeros 1.000 días" y lo beneficioso que puede llegar a ser de implementarse a nivel nacional como lo tiene previsto el presidente, Alberto Fernández. Este plan contempla la asistencia alimentaria y médica de la madre embarazada y luego del niño recién nacido hasta los dos años de edad. Se trata de una asistencia básica de fundamental importancia porque garantiza la alimentación del niño en los primeros años de vida que es cuando más necesita de los nutrientes que se le ofrecen. 

Con este tipo de asistencia y la colaboración de todos los sectores de la vida nacional, que en casos como éstos deberían mostrarse ampliamente solidarios porque está en juego la salud y el futuro de los chicos, es posible revertir el oscuro panorama del informe de UNICEF y evitar que toda una generación de argentinos afronte en el futuro problemas derivados de una deficiente alimentación, lo que resultaría negativo para los intereses de la nación.