El juez de Garantías Matías Parrón ordenó ayer que sea "compulsiva" la toma de muestras de saliva en un penitenciario de 49 años, para poder hacer un cotejo de ADN con el material genético de su hijastra de 14 años y la beba de 1 año y medio de esa niña. La sospecha es que el empleado de esa Fuerza abusó de la menor desde que tenía al menos 3 años, que la violó desde los 7 y la obligó a decirle a su propia madre que la beba que tuvo a los 12 era fruto de un contacto ocasional con un chico cuando fue a visitar a su padre biológico en otra provincia.
El penitenciario había sido detenido el 11 de marzo pasado, luego de que una vecina denunciara el caso, que llegó a sus oídos por sus hijos, amigos de la menor.
Que se le exija aportar material fue una petición del fiscal coordinador de la UFI Anivi Raúl Iglesias, pues el imputado ya había dicho que colaboraría, pero se negó cuando fue al laboratorio. Cuando el caso se formalizó como inicio de la investigación, el juez Parrón dictó dos meses de prisión preventiva para el penitenciario, le prohibió a la madre de la niña tener contacto con ella y le dio al Fiscalía 6 meses para investigar.