Considerado uno de los países más fríos de Europa, Suecia prosiguió ayer su lucha contra los devastadores incendios forestales desatados en parte del país en medio de una inusitada ola de calor en la región escandinava que, según los servicios meteorológicos, no parece que vaya a remitir en los próximos días.
Los responsables de los servicios de Protección Civil suecos admitieron ayer su frustración ante una situación que sólo puede remediar la lluvia, ya que los esfuerzos de los bomberos han servido para evitar que las llamas se extiendan, pero no para extinguir los grandes focos.
Siguen activos varios focos en los condados de Jämtland, Gävleborg y Dalarna, así como algunos del oeste de la vecina Noruega, y los trabajos de los servicios de extinción se centran en asegurar el perímetro del fuego.
Por el momento parece imposible lograr apagar los incendios, ante unas temperaturas récord para las que se prevé cierto alivio hoy, aunque mañana podrían situarse de nuevo por encima de los 32 grados centígrados.
Desde mediados de semana se han registrado más de 50 incendios forestales en Suecia, la mayoría de los cuales siguen activos, una situación sin precedentes en ese país. Se estima que han quedado devastadas unas 20.000 hectáreas de bosque.
La multiplicación de incendios se produce ante una ola de calor en la que se han medido temperaturas récord en el país de hasta 34,4 grados centígrados y tras semanas sin precipitaciones. La Organización Meteorológica Mundial, organismo de la ONU con sede en Ginebra, alertó ya esta semana del calor extremo que afecta a todo el hemisferio norte en este mes de julio.
Este mes de julio se han registrado en Suecia tres veces más incendios que en el mismo período del año pasado e incluso en lo que respecta al Círculo Polar Ártico se han superado los 30 grados centígrados. Situaciones parecidas se viven en Noruega.