Pura garra. Así es Lautaro, el nene que padece de un tumor cerebral y lucha día a día, junto a su familia, para salir adelante.

 

Lautaro Gómez cumplió 11 años el domingo pasado y está listo para viajar con su familia la próxima semana otra vez a Buenos Aires, para realizar una nueva consulta con un equipo de neurocirujanos del Hospital Garrahan debido a un tumor cerebral. La humilde familia se sustenta con un plan de asignación universal que tiene la mamá Marisa y de "changas" que consigue el papá Carlos, por lo que un grupo solidario se acercó a la familia y organizaron una cena show para el 2 de noviembre, con el fin de recaudar fondos, una ayuda que servirá a afrontar la estadía en la capital del país, más allá del apoyo que reciben del Estado provincial.

Lautaro tenía 5 años cuando fue detectada la presencia de 3 tumores dentro de su pequeño cráneo. "Viajamos por una consulta y nos terminamos quedando ocho meses aquella vez", recuerda su madre Marisa. "Lauti no hablaba, no caminaba y no podía alimentarse él mismo. Luego de la operación pudo volver a hacer todas esas cosas pero no pudieron extraerle todos los tumores. Pasamos muchas cosas antes de la segunda operación, desde convulsiones a paros respiratorios. Como el tumor que quedó se adhirió al hipotálamo y podría haberse vuelto maligno, decidieron que se le practicaran tres sesiones de quimioterapia, acá en San Juan, y ahora volvemos para definir los próximos pasos".

La sostenida lucha de la familia contra la enfermedad de Lauti, denominada craneofarengeoma, fue despertando la solidaridad de allegados, como el lavadero de autos que le abre las puertas para conseguir otros pesos o el chapista que le prestó un Renault 12 para poder trasladar a Lautaro, especialmente en casos de emergencia.

Para colaborar con el próximo viaje, un grupo solidario apuesta a una noche divertida. Es por eso que se organizó para el próximo jueves 2 de noviembre en un restaurante ubicado en Ameghino 50 Sur. Se abonará una opción de 150 pesos para comer pizza casera que estará acompañada de una fría cerveza o gaseosa y contagiarse de la buena onda de dos bandas sanjuaninas: Guacamole y Plan B.