Las cámaras se van con Edinson Cavani, la figura de la cancha ante Portugal. Rápidamente giran sobre el entrenador, el ideólogo, el líder de la Selección de Uruguay hace 12 años: Oscar Tabárez, el técnico de 71 años que, a pesar de sus dificultades físicas, es la persona más importante en el proceso uruguayo.
En 2016, Tabárez recibió la noticia de que padecía una neuropatia crónica. Sus células nerviosas son atacadas por el sistema inmune y producen debilidad y entumecimiento hasta provocar la parálisis. Esto hace que tenga debilidad en las piernas, los brazos y el tronco.
"No convivo con ningún tipo de dolor. La neuropatía me causa problemas motrices, sobre todo en la marcha. Ahora estoy con un bastón solo, pero cuando el piso es más o menos confiable, no uso ninguno. Como es una enfermedad crónica, a veces estoy un poquito mejor y a veces hay ciertas situaciones", explicó el Maestro, cuando contó por primera vez lo que estaba sufriendo.
La pasión por el fútbol y su país es lo que lo saca adelante. Es el primero en llegar al entrenamiento y el último en irse. Entona el himno de pie, apoyado en su bastón, festeja los goles con un grito desaforado de "Uruguay nomá" y, a pesar de no poder movilizarse, en la Copa América Centenario hasta se lo vio manejarse en un carrito especial.
Apoyado en un confiable plantel con figuras como Diego Godín, Edinson Cavani y Luis Suárez, Oscar Tabárez lidera un grupo de jugadores que se "rompe el alma" por su entrenador y por su país. Uruguay enfrentará a Francia en los cuartos de final de Rusia 2018. Será un partido muy difícil, pero algo está confirmado: los chicos de Tabárez nunca bajarán los brazos, el mejor ejemplo es su entrenador.
