Que al abrir una válvula en la planta potabilizadora de Marquesado, no sabía que "se podía introducir turbiedad en la reserva grande", la que tiene una capacidad de entre 1.5 a 2 millones de litros. Que se trató de "un error humano, como lo tienen todos" y que no quiso causar "daño a nadie", más si se tiene en cuenta que él toma agua y también lo hacen su familia y sus nietos. Con esas palabras, Alejandro Bustos, de 49 años, intentó aclarar lo que ocurrió el pasado 6 de diciembre, episodio por el cual fue echado por Obras Sanitarias Sociedad del Estado (OSSE) de su puesto de operario de guardia, acusado de haber puesto en riesgo a toda la población del Gran San Juan ya que, con su maniobra, el agua potable resultó contaminada. Pese a su explicación, el coordinador de la UFI Delitos Especiales, Iván Grassi, lo consideró "autor del delito de adulteración de agua potable de un modo peligroso para la salud", que se castiga con tres a diez años de prisión. Junto a él, quedaron involucrados Víctor Godoy, de 59 años, y Fabián Ovejero, de 48, por ser "partícipes necesarios", ya que, según indicó el fiscal, ambos asistieron a Bustos al plasmar datos falsos de turbiedad en una planilla. Por tratarse de operarios con trayectoria dentro de OSSE, el juez de Garantías, Federico Rodríguez, dispuso que los tres queden detenidos por dos meses para evitar que interfieran en la investigación.
Los ahora tres exoperarios de OSSE fueron denunciados hace una semana por el presidente de la empresa, Guillermo Sirerol. En su momento, el funcionario consideró el episodio como totalmente inusual y que nunca antes había ocurrido algo similar en la historia de la empresa. Es que toda el agua de consumo en el Gran San Juan, el 45 por ciento de toda la población de la provincia, quedó comprometida, lo que quedó en evidencia con los casi 200 reclamos que recibió la compañía en un día por usuarios que detectaron que el agua de consumo tenía "con color, olor y sabor feo".
Sobre el episodio, Bustos dijo ante el juez que "la noche de lo sucedido estábamos vaciando el decantador para ver si podíamos recargarlo más rápido, para eso moví la llave sin saber que se podría introducir turbiedad a la reserva grande". Así, indicó que "fue un hecho que se me pasó. Un error como todos lo podemos tener. Cuando me di cuenta, ya había ingresado un poco de turbiedad a la reserva grande, un poco de arena". En esa línea dijo que "no fue intencional" y que "tampoco "fue pedido por nadie".
Sobre la turbiedad, Grassi indicó que el equipo de la planta potabilizadora, que integraron Bustos, Godoy y Ovejero, debían realizar muestras de agua cada dos horas. Que la válvula que manipuló el primero se abrió a las 0.25 horas del día 6 de diciembre, y que se tomó una muestra a la 1 de la mañana. Se debió realizar otra muestra a las 3, la que no se hizo, y luego se tomó otra a las 5 de la mañana. La primera arrojó "un valor elevado de turbiedad, equivalente a 16 NTU (unidad en la que se mide la turbidez), cuando el máximo aceptado para el agua de producción es de 3 NTU". Dicho valor elevado "no figuró en la planilla de medición", aseguró el fiscal, el que al parecer fue adulterado por Godoy y Ovejero.
Además, OSSE llevó adelante análisis de laboratorio sobre distintos puntos del Gran San Juan, el que arrojó como resultado la presencia de bacterias (Pseudomonas aeruginosa y coliformes) las que, según el Código Alimentario, "deben estar ausente de agua potable", indicó Grassi.
Denuncias
200 Es la cantidad de llamados que recibió OSSE el 6 de diciembre por tubidez en el agua potable. Las denuncias se detectaron para todo el Gran San Juan.
Pruebas
Fiscalía indicó que librará oficios a los centros de salud y hospitales para constatar si
hubo alguna persona enferma por la turbidez en el agua. Además, analizar los 200 reclamos
que recibió OSSE.