El esquema político que armó el peronismo sanjuanino hace varios años, se repetirá en estas elecciones. De no existir sorpresas descomunales hasta las doce de la noche, habrá un frente oficialista muy poderoso liderado por los dos partidos con mayor cantidad de adherentes (PJ y Bloquismo) y una oposición un poquito más repartida en comparación con contiendas pasadas. En esencia, es la repetición del fracaso opositor de lograr una oferta competitiva y la continuidad de un esquema electoral que armó José Luis Gioja en 2007, que le ha dado grandes satisfacciones al peronismo. El agregado de Sergio Uñac no es poco: no solamente controló al giojismo y a su tropa, que en algún momento lo incitaba a la guerra, si no que lo hizo en un contexto histórico, ya que pocas veces en los años de vida institucional de esta provincia había surgido la convivencia entre un gobierno local de un color junto a uno nacional de otro tono político. Esta elección será, por lo que parece hasta este momento, un calco de las anteriores, cifras más, cifras menos.
La oposición sanjuanina tuvo una oportunidad de oro que fue desperdiciando con el correr de los meses. Cambiemos logró en 2017 una elección histórica que los dirigentes de esta provincia no supieron aprovechar. Si bien el mal resultado local era esperable por el fuerte dominio del peronismo y una buena gestión de gobierno, dejaron pasar la onda del cambio que se propaló por todo el país, incluso en la provincia de Buenos Aires, el bastión peronista más arraigado de toda la historia Argentina. Nadie de Cambiemos en San Juan encontró la manera de sacarle rédito a esa nueva era que pusieron de moda medios y voceros con alcance nacional. Aquélla vez pudieron haber empezado a construir un relato que no supieron o no quisieron ver. El resultado final es que hoy tienen un muy buen candidato -por mérito propio- que no quiere estar donde está, que no se referencia en Cambiemos y que aspira a mantener su pequeño terruño en Santa Lucía a la espera de un milagro que lo posicione en un lugar distinto para 2023. Es muy difícil saber quién tiene la culpa de ello, pero el partido del Presidente se llama PRO, de ahí el lector podrá sacar sus propias lecturas.
Cruzada Renovadora y Dignidad Ciudadana van a contribuir a Todos dividiendo votos.
Por el lado del peronismo, Uñac ha podido contenerse a sí mismo, lo que habla del crecimiento del gobernador como líder. Pudo haberle dado continuidad a la pelea con Gioja, pero prefirió ponerse por arriba y ponderó generar clima para una elección que amenaza, gracias a esa acción de Uñac, con ser histórica a favor del PJ. Tiene grandes diferencias con el actual diputado nacional, pero se las guarda para la intimidad y Gioja -parece- está entendiendo que el líder es otro, que debe allanarse a negociaciones y que su futuro ya no depende de sí mismo.
Como arranca la elección, al menos en el armado general que finaliza hoy, las incógnitas pasarán por Rawson, si el peronismo logra afirmarse en Capital y los votos que saque Uñac para posicionarse o no a nivel nacional. El resto, será verso.