Estaba claro que sería así. Un partido como excusa -ante el débil seleccionado de Curazao- mientras que el foco de la noche era otro: una nueva fiesta para los campeones del mundo. Esos que se consagraron a fines del año pasado en Qatar. Por eso no extrañó que la Selección Argentina de fútbol le haya ganado 7 a 0 a su par caribeño. Además, lo más importante que dejó la noche en Santiago del Estero fue el nuevo logro del gran capitán: Lionel Messi. El crack argentino sumaba 99 goles con la camiseta albiceleste hasta antes del partido. Necesitaba uno para llegar al centenar. Y el rosarino no sólo lo logró, sino que sobrepasó la marca. Ya en el primer tiempo hizo tres goles y sumó 102 en su trayectoria, una nueva marca histórica. En realidad, otro objetivo concretado por el mejor jugador del mundo.

El partido en sí quedó como un detalle anecdotario. Ya el primer tiempo dejó en claro las diferencias en todo sentido entre uno y otro equipo. La categoría grupal e individual de la Argentina representó demasiado para la endeble formación visitante. Al seleccionado de Curazao no le alcanzó con ser disciplinado en la marca. Ni tampoco con extremarse tratando de igualar los movimientos de juego. Era lógico que por las mencionadas diferencias el tablero se iría modificando a medida que pasaran los minutos.

Después de algunas chances claras para el equipo de Scaloni, como por ejemplo el gol que se perdió Lautaro Martínez, empezaron a llegar las conquistas argentinas. Esto fue en el lapso entre los 20 minutos y hasta los 37. Cinco goles para terminar con la resistencia del visitante. Tres de Messi, uno de Nicolás González y otro de Enzo Fernández. Festejados todos como debía ser.

El segundo tiempo fue más por cumplir con el reglamento futbolero que por otra cosa. El equipo de Lionel Scaloni siguió floreándose en el aspecto ofensivo y las oportunidades de gol se sucedieron sin solución de continuidad. Faltó, eso sí, la eficacia para marcarlos pero era lógico que a casi nadie le importaba porque el marcador ya estaba sellado con una goleada.

Con 102 goles Messi sigue tercero marcando para su Selección. Cristiano Ronaldo tiene 122 y Ali Daei (Irán), 109. 

El técnico argentino eligió darle protagonismo a varios de los jugadores suplentes, entonces los cambios empezaron a adornar el partido. A todo esto los "nuevos" en cancha también aportaron en la goleada. El cordobés Dybala primero y Di María después, con un penal, sellaron el 7 a 0 definitivo.

Todos con él. El capitán argentino Lionel Messi en el festejo, semitapado por todos sus compañeros. Los festejos de la Selección Argentina siguieron en Santiago del Estero y el crack logró superar la marca del centenar.

Y la fiesta siguió como debía ser. En la cancha el fútbol había demostrado que el campeón del mundo sigue, a pesar de los festejos, con sus condiciones intactas para romper cualquier resistencia que se le oponga. Anoche fue el modesto Curazao, un equipo para muchos -la mayoría- desconocido pero con raíces de los Países Bajos. Para qué más. Salud, campeones del mundo.

 

La noche que todo redondeó a los 100

Los 100 goles a los que soñaba llegar Lionel Messi con la camiseta de la Selección Argentina era el gran motivo de alegría de todos cuando el crack rosarino lo logró. Y, si bien después la superó, la marca ya estaba sellada. Pero había otro motivo que también sumaba al festejo. Y lo redondeaba en base al mismo número. Ayer se cumplían 100 días de la conquista del título mundial por parte de la Selección Albiceleste en los lejanos pagos de Qatar.

Fue allá por el mes de diciembre de 2022. Cuando la Argentina logró cerrar un camino que había empezado un mes antes. Con aquella sorpresiva derrota ante Arabia Saudita y después con la orgullosa marca de seis triunfos consecutivos. Frente a México, Polonia, Australia, Países Bajos, Croacia y Francia consecutivamente. Todos emocionantes. Unos triunfos con marcadores más tranquilos. Otros, en cambio, luego de la vía de los penales. Pero todos con la sonrisa y alegría final de superar al oponente de turno.

Increíble. Parece que el reloj del tiempo se detuvo. Porque la emoción sigue contagiando a cualquier argentino. Ya pasaron 100 días pero nadie de corazón argentino olvidará ese remate en el penal de Gonzalo Montiel que significó la gloria eterna en tierras qataríes.