Escenario. Los ladrones entraron a robar a esta casa de Capital a pesar de que tiene rejas y sistema de alarma. La maniobra fue romper una ventana del fondo.

 

Los robos contra viviendas siguen dando que hablar. El miércoles último fue el robo de 25.000 dólares de una vivienda de Desamparados. Ahora se conoció el caso de un ataque similar en un domicilio del Barrio Porres, en Capital, en el que delincuentes se alzaron con un botín de 100.000 pesos y artefactos.

Se trató de otro robo tipo “escruche”, ataques caracterizados por la rotura de puertas o ventanas en propiedades cuyos moradores no están. Este último hecho trascendió ayer, pero en realidad se produjo el martes último en horas de la mañana en un domicilio de calle Los Algarrobos, a metros Jacarandá, en el barrio Porres de Capital, según datos policiales.

La damnificada fue la familia Palma, que ni siquiera era dueña del dinero. El mismo jefe de familia contó a este diario que la plata no era suya, dado que hace de administrador de otra persona y cobra unos alquileres. De ahí que su bronca era doble porque debe responder por ese dinero. Encima, su vivienda cuenta con un seguro contra robos, pero resulta que fue a hacer el reclamo a la empresa aseguradora y le respondieron que cubrirían solamente los daños en la ventana rota.

Los ladrones se metieron a la vivienda en horas de la mañana cuando no estaba ningún integrante de la familia Palma. Accedieron al patio y rompieron una ventana con rejas. La casa tiene alarma pero ni eso frenó a los delincuentes que revisaron todo el inmueble y escaparon con 100.000 pesos y dos consolas de juego: una Xbox y otra Play Station, indicaron fuentes del caso.

Este robo se sumó al otro importante golpe delictivo perpetrado el miércoles último contra la vivienda de la familia García en el barrio Patricias Sanjuaninas, en Desamparados, Capital. Dos delincuentes irrumpieron a ese domicilio, también a plena luz del día, y se llevaron la impresionante suma de 25.000 dólares, o sea, algo de 433.000 pesos. El dinero era el ahorro de 15 años de Luis García, un humilde trabajador que es playero en una estación de servicio y realiza labores de jardinería a domicilio.