El ciclista noruego Søren Wærenskjold se consagró ayer campeón mundial de contrarreloj en ruta sub-23, logrando la segunda medalla para su país, en la prueba en solitario, al emular lo conseguido por su compatriota Tobías Foss, que en la jornada del domingo sorprendió al mundo ciclista al coronarse entre los elite, venciendo a candidatos de peso, como el suizo Steve Kung, el belga Remco Evenepoel, segundo y tercero, y el ex doble campeón mundial, el italiano Filippo Ganna, quinto.
Wærenskjold, que el año pasado había culminado cuarto y se está despidiendo de la categoría para los más jóvenes, llegó a la línea de partida muy bien aconsejado por Foss sobre como regular sus fuerzas en el ‘quebrado’ recorrido de 28,8 kilómetros que cubrió en 34m13s, superando por 16 segundos a quien era el candidato, el belga, de 19 años, Alec Segaert, actual campeón europeo.
Como en la primera mitad había una subida empinada que ‘comía’ piernas, Waerenskjold cedió algunos segundos con respecto al belga. "La idea era reducir potencia en las zonas más difíciles y tomar un par de curvas muy cerradas, y rápidas sin una posición de crono’, confió el ahora nuevo campeón.
La preparación en el túnel de viento, probando, distintas posiciones, traje y cascos, rindieron sus frutos, porque Noruega, que hasta hace unos años ni figuraba en las crono, se quedó con las dos medallas en juego para los varones.
El joven de 22 años, ya firmó su tercera temporada en el equipo continental Uno-X para la temporada 2023.